Transporte de líquidos
Los líquidos que necesita una instalación industrial se transportan en recipientes tales como botellas, bidones, barriles o vagones-cisterna, si se trata de pequeñas cantidades (hasta varios metros cúbicos).
Para cantidades mayores y transporte continuo, se emplean tuberías.
En la industria de procesos, la mayor parte de las sustancias se transportan por tuberías, especialmente en el caso de líquidos. Las múltiples tuberías que atraviesan en todas las direcciones las naves de la fábrica son casi el emblema de una instalación química.
Se ha experimentado un notable y especial progreso, sobre todo en petroquímica, el transporte de líquidos por tuberías, debido a que se pueden enviar diferentes líquidos por la misma tubería, haciéndolos circular uno tras otro y sin que se mezclan, por medio de un compresor. Las modernas técnicas de medición hacen incluso posible que el receptor en un lugar determinado conozca la longitud exacta de los tramos de líquido que llegan uno tras otro.
Excepto en los casos en que el desnivel es favorable, hay que comunicar energía a los líquidos para vencer las diferencias de altura y las resistencias a la corriente. Generalmente, esta energía se trasmite por medio de bomba y se traduce en una presión o elevación (altura de una columna de liquido).
Las bombas impulsan a los líquidos desde una zona de baja presión (zona de aspiración o succión) hacia una zona de presión más alta (zona de compresión o descarga).
En las tuberías se produce siempre una caída de presión debida al rozamiento del fluido a lo largo del conducto. También disminuye la presión en los tramos ascendentes. En el caso de agua, por cada 10 m de desnivel hay que contar con una caída de presión de 10 N/cm 2 (1 Kg/cm2), a decir, alrededor de un bar. Para los otros líquidos, esta caída de presión varia de acuerdo con su densidad.
P = ghp
P = Caída de presión p = Densidad
g = Aceleración de la gravedad
h = Diferencia de alturas
Fuente: Apuntes de procesos químicos de la UNIDEG