¿Cuál es el objetivo financiero de una empresa?
Muchas personas piensan que quien invierte dinero en un proyecto o empresa lo hace con el ánimo de obtener el máximo de utilidades. Esta apreciación es demasiado simplista y no considera una cantidad de factores que envuelven la actividad empresarial.
En un sistema económico como el nuestro, la supervivencia de las empresas requiere que éstas produzcan utilidades, pero el tratar de llevarlas al máximo en un corto plazo denota una visión especulativa, la mayoría de las veces atentatoria contra el desarrollo integral de la empresa a largo plazo.
Las utilidades son fundamentales, nadie lo niega, pero el afán de maximizarlas impide que el empresario se percate de que ciertos desembolsos de dinero, aparentemente no necesarios a corto plazo, se requieren con el fin de obtener o conservar equipos de óptima calidad, mano de obra calificada e información suficiente y oportuna del mercado. Quizá a corto plazo se logre mostrar un exceso de utilidades, pero ¿a costa de qué?: tal vez de la misma supervivencia del negocio.
El siguiente ejemplo permite comprender, en su real dimensión, las posibles consecuencias de tener como objetivo básico el maximizar utilidades a como dé lugar:
El señor Martínez era el gerente propietario de una pequeña empresa de confecciones, que en sus primeros cinco años de vida había experimentado un éxito sin precedentes, mostrando utilidades fuera de lo normal, muy superiores al promedio. Ante las expectativas del mercado y de la competencia, un amigo del señor Martínez le recomendó contratar una investigación de mercados, que incluyera no sólo el análisis del consumidor y la competencia, sino también la necesidad de adaptar nuevas tecnologías (innovaciones), de acuerdo con las tendencias del sector.
El señor Martínez solicitó a varias firmas asesoras de la ciudad que le presupuestaran el costo de la investigación, pareciéndole demasiado alto. La empresa podía absorber dichos gastos; sin embargo, en los dos años siguientes, las utilidades se presenta-rían notoriamente inferiores a las generadas en los años anteriores. Ante tal situación, el señor Martínez se abstuvo de realizar el estudio.
Como consecuencia, por falta de información oportuna y adecuada, la empresa no pudo adaptarse a las exigencias del mercado. Hoy en día forma parte de una cantidad de negocios fracasados, que en cierta época fueron exitosos pero no aceptaron sacrificar utilidades cuando ellas se requirieron para asegurar el futuro y la supervivencia a largo plazo.
El empresario debe buscar el crecimiento del valor de su inversión, el cual se mide en relación con lo que el mercado está dispuesto a pagar por el negocio, en el caso de que se pusiera en venta. Este crecimiento a través del tiempo es lo que constituye el objetivo financiero de una empresa. Para garantizar dicho crecimiento, se requiere de una labor administrativa integral. Es necesario estar en continua investigación, lo que permite la innovación en maquinaria, equipos, procesos productivos y de distribución, acordes con las exigencias del mercado. Esto demanda recursos, pero a la postre permite que el empresario recoja los frutos de un patrimonio incrementado.
Cuando la empresa crece, las actividades del empresario se delegan a terceras personas, quienes son los que administran los recursos. A estos administradores, la mayoría de las veces ajenos a la inversión directa, les compete salvaguardar los intereses de los dueños, siendo el más preciado el crecimiento de su riqueza.
Fuente: Apuntes de Finanzas de la UNIDEG