La abstracción e iconicidad
La capacidad humana de conocer depende directamente del nivel de abstracción de la persona, o conceptualización. La experiencia de lo exterior a nosotros mismos nos llega a través de los sentidos externos. Los cinco universalmente aceptados: vista, oído, tacto, gusto y olfato. A través de ellos nos comunicamos con el mundo exterior.
Conocer es poseer inmaterialmente e intencionalmente. Pero conocemos a través de los sentidos, pues son ellos quienes comunican nuestras potencias interiores -inteligencia y voluntad- con el mundo exterior y real que nos rodea. Precisamente es el mundo de lo real el que nos aparece como un caos de sensaciones particulares, y cada una sería un nuevo dato en una inteligencia saturada, si el sentido común, la imaginación y la memoria, – sentidos internos – no nos auxiliaran, estableciendo las relaciones entre lo ya conocido y las nuevas sensaciones recibidas.
Por esto, conocer intelectualmente supone la universalización de lo conocido sensiblemente. Sabemos que hace calor no porque hayamos sentido muchas veces calores, sino porque nuestro intelecto ha universalizado el calor. Sabe lo que el calor es. Y llamamos al caballo de ese modo porque sabemos que los caballos (sean de la raza que sean) aun siendo muy distintos entre sí, pertenecen al mismo género o forma del universal caballo. El conocimiento puramente sensible nos da el saber de lo particular. El intelectual, en cambio, nos permite conocer lo universal en lo particular. El conocimiento estrictamente sensible es animal, el intelectual, impregnado de toda sensibilidad, es humano.
El lenguaje visual gráfico o iconográfico implica habitualmente abstracciónaun cuando se plantee en términos de hiperrealismo. Siempre un lenguaje icónico tiende a la abstracción por ser un modo de expresión que busca la realidad en los códigos universales. Es interesante establecer una diferencia entre la iconografía de cosas artificiales – hechas por el hombre – y la de cosas naturales. Las primeras podrían ser consideradas prototipos en cambio las naturales no tienen propiamente un modelo estándar; su iconografía es posterior a su existencia por lo que la dificultad en aproximarnos a su esencia es evidentemente mayor. Es la abstracción la que permite al código visual, icónico, superar a la naturaleza y sus leyes mostrando de un solo golpe los pasos de un proceso, el interior de un cuerpo opaco o un ente de razón como el unicornio.
La abstracción supone el arribo de una imagen visual a la condición de código . Un código visual, icónico, es acertado cuando descubre lo abstraído y lo muestra de modo que sea entendido por todos como expresión del concepto universal que representa o significa. Cada imagen visual sería impensable, se presentaría sin significación ni sentido sin la representación provocada por la imaginación. La imaginación y la memoria son suficientes para organizar las sensaciones externas a partir de la experiencia; en este proceso juega un papel preponderante la analogía. Signo iconográfico puede ser, entonces, una abstracción analógica dibujada. Estas condiciones distinguen al icono de otras expresiones gráficas. Es propia del signo iconográfico la analogía con la realidad y, por tanto, su condición de signo autosignificante.
Para la profesora Dondis (1986) existen tres niveles de expresión visual : larepresentación que significa la particularidad; la abstracción que significa universalidad; y el simbolismo que es producto de una convención. Los tres niveles interactúan constantemente en los mensajes visuales. Teóricamente no se podría decir, por ejemplo, que una letra (expresión gráfica convencional de un fonema) sea un signo icónico. Su significación es puramente convencional y no analógica. La lengua es un sistema de significantes y significados lineal, digital (no hay analogía entre un buey y la palabra buey). En cambio, sí habría analogía en algunas palabras onomatopéyicas o que han nacido a partir de una semejanza real entre la cosa y su designación fonética. Un icono es una imagen reconocible provenga este reconocimiento de la analogía llamada natural o esté establecida por una convención o analogía convencional.
Naturaleza y convención, analogía natural o artificial, convención analógica o arbitraria, son componentes variables de los códigos de significación de los lenguajes, sean estos visuales o lingüístico – fonéticos. En unos casos pueden actuar unos, porque han sido aprendidos (como un idioma en una academia) o porque son parte de la cultura visual, o porque, aun por el mismo instinto, llegamos a reconocerlos, como la oveja el peligro por el olor del lobo.
Fuente: Problemáticas del diseño gráfico de la Universidad de Londres