Módulos de actividad intelectual y motora
Cada subdivisión cerebral tiene muchas funciones diferentes, algunas de las cuales comparte con los otros lóbulos. Entre otras funciones, se ha podido establecer que los lóbulos frontales se encargan de la deliberación, y la regulación de acción, anticipación cognoscitiva o planificación futura, además de la conexión entre la visión y la postura bípeda erecta, y se asocian también con la producción del habla.
Los lóbulos parietales están asociados con la percepción espacial y el intercambio de la información entre el cerebro y el resto del cuerpo. Los lóbulos parietales están también involucrados en el procesamiento de todo el lenguaje simbólico humano.
Los lóbulos occipitales están relacionados con la visión. Y los lóbulos temporales se relacionan con una serie de tareas perceptuales complejas, como la conexión de los estímulos auditivos y visuales, es aquí donde se oye e interpreta la música y el lenguaje. Los lóbulos temporales están asociados también con la memoria de largo plazo junto con el hipocampo, aunque se sabe que existen otros bancos de memoria repartidos en el cerebro. En algunas de las principales abstracciones de la neocorteza, como lectura, escritura y matemáticas, intervienen acciones cooperativas de los lóbulos temporales, parietales y frontales.
De acuerdo a Carl Sagan, el trabajo del cerebro que llamamos ‘’mente’’, es una consecuencia tanto de su anatomía como de su psicología, y nada más. La mente puede ser una consecuencia de la acción colectiva de los componentes del cerebro. Algunos procesos pueden ser una función del cerebro completo. Existen dos corrientes de pensamiento principales para explicar el funcionamiento del cerebro:
- La primera dice que la capa exterior del cerebro, la corteza cerebral (neocorteza), es equipotentente; o sea que cualquier parte de este puede suplir a cualquier otra parte, y no hay una localización de función especifica.
- De acuerdo a la segunda, el cerebro esta completamente alambrado; la funciones cognoscitivas están localizadas en lugares particulares en el cerebro.
Las ultimas investigaciones revelan que la verdad esta entre los dos extremos, o sea que, aún cuando existen zonas del cerebro con funciones especializadas, así mismo el cerebro cuenta con los mecanismos adecuados para suplir algunas de esas funciones cuando la zona especializada sufre algún deterioro o lesión.
Aunque el cerebro es el órgano principal que origina toda actividad intelectual, aún no se ha podido precisar el proceso físico que la provoca. Es por esto que es difícil dar una definición que abarque el concepto completo de inteligencia. Se han dado infinidad de definiciones de la inteligencia desde el punto de vista filosófico, biológico, psicológico, neurológico y psiquiátrico pero nunca ha habido un acuerdo en una definición general. Solo se ha podido precisar un conjunto común de atributos que supuestamente intervienen en los procesos inteligentes, tales como la adquisición de conocimientos nuevos, la planificación, la abstracción, la capacidad de adaptación, la habilidad de resolver problemas nuevos, y la lucidez. Tratando de incluir sus múltiples manifestaciones la inteligencia ha sido definida como:
‘’la habilidad de aprender o entender de la experiencia, la habilidad de adquirir y retener conocimiento, y la habilidad de responder rápida y aproximadamente ante situaciones nuevas, resultando exitoso el uso de estas habilidades para ejecutar tareas’’.