Ciclos de alimentación
Ciclos de alimentación (encendido / apagado). Como acaba de aprender, las variaciones de temperatura que tiene un sistema, fuerzan en gran medida a los componentes físicos del mismo. Sin embargo, las mayores variaciones de temperatura que puede encontrar un sistema son las que ocurren durante el calentamiento del sistema al encenderlo. Encender o aplicar corriente a un sistema frío lo somete a la mayor cantidad posible de variación de temperatura interna. Por esta razón, limitar el número de ciclos de alimentación a los que está expuesto un sistema, mejora en gran medida su vida y confiabilidad.
Si desea que un sistema tenga la vida más prolongad que sea posible libre de problemas, debe limitar las variaciones de temperatura en su ambiente. Las variaciones de temperatura extrema durante un arranque en frío, puede controlarlas en dos formas sencillas: dejar el sistema apagado o encendido todo el tiempo. Desde luego, entre estas dos posibilidades, preferirá la segunda. Dejar el equipo encendido es la mejor forma que conozco de incrementar su confiabilidad.
Si su única preocupación es la longevidad del sistema, la sencilla recomendación sería mantener la unidad encendida (¡ o apagada!) en forma continua. Sin embargo, en la vida real, existen más variables a considerar, como el costo de la electricidad, el riesgo potencial de incendio de un equipo operando sin atenderlo, así como otros aspectos.
Si piensa en la forma que fallan por lo regular los focos, puede comenzar a entender que los choques térmicos por ciclos de alimentación pueden ser peligrosos. Los focos se queman más a menudo al encenderlos, ya que el filamento debe soportar presiones térmicas increíbles al cambiar su temperatura, en menos de un segundo, de la temperatura ambiente a varios miles de grados. Un foco que permanece constantemente encendido dura más que otro que se enciende y apaga en forma repetida.
Fuente: Apuntes de Mantenimiento Computacional de la Unideg