El interfaz SCSI
Acrónimo de Small Computer Systems Interface y leído «es casi», aunque parezca mentira. Mucha gente ha oído hablar de estas siglas y en general las asocian a ordenadores caros o de marca y a un rendimiento elevado, pero no muchos conocen el porqué de la ventaja de esta tecnología frente a otras como EIDE.
La tecnología SCSI (o tecnologías, puesto que existen multitud de variantes de la misma) ofrece, en efecto, una tasa de transferencia de datos muy alta entre el ordenador y el dispositivo SCSI (un disco duro, por ejemplo). Pero aunque esto sea una cualidad muy apreciable, no es lo más importante; la principal virtud de SCSI es que dicha velocidad se mantiene casi constante en todo momento sin que el microprocesador realice apenas trabajo.
Esto es de importancia capital en procesos largos y complejos en los que no podemos tener el ordenador bloqueado mientras archiva los datos, como por ejemplo en la edición de vídeo, la realización de copias de CD o en general en cualquier operación de almacena miento de datos a gran velocidad, tareas «profesionales» propias de ordenadores de cierta potencia y calidad como los servidores de red.
Las distintas variantes de la norma son figura siguiente:
Los tipos de SCSI de 8 bits admiten hasta 7 dispositivos y suelen usar cables de 50 pines, mientras que los SCSI de 16 bits o Wide, «ancho» en inglés, pueden tener hasta 15 dispositivos y usan cables de 68 pines. La denominación «SCSI-3» se usa de forma ambigua, generalmente refiriéndose al tipo Ultra SCSI de 8bits, aunque a veces también se utiliza para los UltraSCSI de 16 bits (o «UltraWide SCSI») y Ultra-2.
Las controladoras SCSI modernas suelen ser compatibles con las normas antiguas, por ejemplo ofreciendo conectores de 50 pines junto a los más modernos de 68, así como conectores externos (generalmente muy compactos, de 36 pines), salvo en algunos modelos especiales que se incluyen con aparatos SCSI que están diseñados sólo para controlar ese aparato en concreto, lo que abarata su coste.
Los dispositivos SCSI deben ir identificados con un número único en la cadena, que se selecciona mediante una serie de jumpers o bien una rueda giratoria en el dispositivo. Actualmente algunos dispositivos
realizan esta tarea automáticamente si la controladora soporta esta característica, lo que nos acerca algo más al tan deseado y huidizo Plug and Play, «enchufar y listo».
Debe tenerse en cuenta que las ventajas de SCSI no se ofrecen gratis, por supuesto; los dispositivos SCSI son más caros que los equivalentes con interfaz IDE o paralelo y además necesitaremos una tarjeta controladora SCSI para manejarlos, ya que sólo las placas base más avanzadas y de marca incluyen una controladora SCSI integrada. Si está pensando en comprar un ordenador o una placa base nuevos, piense si no le merecería la pena adquirir una placa base que la incorpore por lo que pueda necesitar en el futuro…
Fuente: Apuntes de Mantenimiento Computacional de la Unideg