Los sistemas de archivo

Todo dispositivo para el almacenamiento de datos debe ser formateado antes de su uso; es decir, que se le debe dar un cierto formato lógico que indique cómo será almacenada la información: el tamaño de los paquetes, la forma en que se distribuyen, los atributos posibles de los archivos (nombre, tipo, fecha…) y otras características que definirán un tipo de sistema de archivo concreto.

En el mundo PC el sistema de archivo más extendido es el FAT16 de las versiones de DOS superiores a la 3
y del Windows 95 original, usado en los disquetes y la mayoría de los discos duros. La VFAT (FAT Virtual)
de Windows 95 que permite nombres largos no es más que un parche sobre este sistema de archivo, no un
sistema de archivo en sí.

El otro sistema en rápida extensión es el FAT32 de Windows 98 y de la versión OSR-2 de Windows 95 (la «4.00.950B», como se identifica a sí misma en el icono de Sistema del Panel de control). Las ventajas de este sistema de archivo frente al anterior radican en que es de 32 bits y tiene un tamaño de cluster muy pequeño, lo que le hace capaz de admitir grandes discos duros y aprovecharlos muy bien, además de no necesitar artificios como VFAT para usar nombres largos de archivo.

Vayamos por partes; primero, los clusters; son como «cajones» en que el disco duro está dividido, en los cuales se guardan los archivos. Se da la peculiaridad de que un cluster no puede ser compartido por dos archivos distintos, por lo que si tenemos un tamaño de cluster de 16 Kb y queremos guardar un archivo que ocupa 17 Kb, se repartirá en dos clusters, ocupando uno entero y sólo 1 Kb del otro; el resto (15 Kb) se desperdiciará. Sí, ha leído bien; ¡tiraremos el 47% del espacio!!. Y esto no es nada, ya verá.

Lo mismo ocurre si queremos almacenar un archivo que ocupa sólo 1 byte; si el cluster es de 16 K b (16.384 bytes), se desperdiciarán totalmente 16.383 bytes, ¡el 99,99% del espacio!! Como comprenderá, en estas condiciones resulta muy importante mantener el tamaño del cluster lo menor posible para minimizar las pérdidas que ocasionan estos archivos, especialmente los muy pequeños. Observe la tabla a continuación que relaciona el tamaño de las particiones (a continuación explicaremos qué son) con el tamaño del cluster en FAT16 y en FAT32 figura siguiente:

En cuanto al tamaño de los discos, no es difícil de entender; si el sistema de archivo da direcciones de archivo de 16 bits, esto nos da 2 elevado a 16 = 65.536 direcciones, que a un máximo de 32 Kb por cluster son 2.097.152 Kb, es decir, 2 GB como máximo para FAT16.

¿Quiere esto decir que no podemos usar discos de más de 2 GB? No, afortunadamente; pero implica que deberemos dividirlos en varias particiones, que son cada una de las divisiones lógicas (que no físicas ) de un disco, las cuales se manejan como si fueran discos duros separados (con su propia letra de unidad e incluso con diferentes tipos de sistema de archivo si lo deseamos). Por ejemplo, un disco de 3,5 GB debe dividirse al menos en dos particiones de 2 GB o menos cada una para usarlo con FAT16.

Para FAT32 el cálculo es similar, aunque no es usan los 32 bits, sino «sólo» 28, lo que da un máximo de ¡¡2.048 GB por partición!! (2 Terabytes) usando clusters de 8 Kb. Sin duda no necesitaremos hacer más de una partición al disco…

Observe que para mantener el mismo tamaño de cluster de 4 Kb en un disco de 2 GB, en FAT16 necesitaríamos al menos 8 particiones de como mucho 255,9 MB, mientras que en FAT32 nos bastaría con una. Indudablemente, aunque no podamos instalar FAT32 resulta preferible perder algo de espacio a tener que manejar un disco subdividido en unidades «C», «D», «E», «F»… y así hasta «J».

Para terminar, tres consideraciones: primero, la ganancia de espacio al pasar de FAT16 a FAT32 es enorme, varios cientos de MB en un disco de un par de GB, y en mi opinión ésta es la mejor (y casi única) ventaja de Windows 98 frente a Windows 95 (no frente a la versión OSR-2, que ya tiene soporte para FAT32).

Segundo, ambos sistemas son incompatibles a nivel de utilidades de disco. Léase las Norton, las utilidades de desfragmentación (por cierto, desfragmentar es organizar un poco todos esos trozos de archivo que andan dispersos en decenas de clusters separados en el disco duro), los compresores de disco y demás. Si instala FAT32, deshágase de su software antiguo para estos menesteres o el follón puede ser enorme.

Y tercero, no son los únicos sistemas de archivo, ni mucho menos los mejores. En el caso de la FAT16 supongo que ya se lo esperaba, pero es que la FAT32 tampoco es una maravilla; por ejemplo, carece de características de seguridad implícitas en el sistema de archivo (como acceso restringido a determinados usuarios) o bien auto-compresión de los archivos, características que sí tienen sistemas más avanzados como los de Unix y Linux, el de 32 bits de OS/2 (HPFS) y el de 32 bits del mismísimo Windows NT (NTFS). ¿Por qué Microsoft inventó el FAT32 teniendo ya el muy eficiente NTFS? Misterios de la vida, amigos…

Fuente: Apuntes de Mantenimiento Computacional de la Unideg