Unidades de disquete
Por malo y anticuado que sea un ordenador, siempre dispone de al menos uno de estos aparatos. Su capacidad es totalmente insuficiente para las necesidades actuales, pero cuentan con la ventaja que les dan los muchos años que llevan como estándar absoluto para almacenamiento portátil.
¿Estándar? Bien, quizá no tanto. Desde aquellejano 1.981, el mundo del PC ha conocido casi diez tipos distintos de disquetes y de lectores para los mismos. Originariamente los disquetes eran flexibles y bastante grandes, unas 5,25 pulgadas de ancho. Figura siguiente La capacidad primera de 160 Kb se reveló enseguida como insuficiente, por lo que empezó a crecer y no paró hasta los 1,44 MB, ya con los disquetes actuales, más pequeños (3,5″), más rígidos y protegidos por una pestaña metálica.
Incluso existe un modelo de 2,88 MB y 3,5″ que incorporaban algunos ordenadores IBM, pero no llegó a cuajar porque los discos resultaban algo caros y seguían siendo demasiado escasos para aplicaciones un tanto serias; mucha gente opina que hasta los 100 MB de un Zip son insuficientes. De cualquier forma, los tipos más comunes de disquetes aparecen en la siguiente figura:
Las disqueteras son compatibles «hacia atrás»; es decir, que en una disquetera de 3,5″ de alta densidad (de 1,44 MB) podemos usar discos de 720 Kb o de 1,44 MB, pero en una de doble densidad, más antigua, sólo podemos usarlos de 720 Kb.
Por cierto, para distinguir a primera vista un disco de 3,5» de alta densidad de otro de doble, basta con observar el número de agujeros que presenta en su parte inferior. Si tiene sólo uno, situado en el lado izquierdo de la imagen y generalmente provisto de una pestaña móvil, se trata de un disco de doble densidad; si tiene dos agujeros, no hay duda de que se trata de un disco de alta densidad. Si el primero de los agujeros
está al descubierto el disco estará protegido contra escritura; el segundo sólo sirve para diferenciar ambos
tipos de disquetes. Figura siguiente:
De cualquier forma, el disquete deberá estar formateado a la capacidad correcta, para lo cual podemos usar la orden FORMAT del DOS o bien los menús de Windows (personalmente, prefiero la orden de DOS). Debe tenerse en cuenta que si no especificamos nada, el disco intentará ser formateado a la capacidad nominal de la disquetera, lo que con un disco de capacidad inferior puede ser un error desastroso. Por ejemplo, a continuación aparecen algunas órdenes de formateado comunes ver figura siguiente:
Los ordenadores normales disponen de un puerto para dos disqueteras, que irán conectadas a un único cable de datos. La que esté conectada en el extremo del mismo será la primera (la «A» en DOS) y la que esté en el segundo conector, entre el ordenador y la anterior disquetera, será la segunda (la «B»).
Resulta común tener un ordenador que resulta suficiente para las tareas que le pedimos, pero que tiene una disquetera de un modelo anticuado, bien de 5,25″ o de 3,5″ de doble densidad, para las que incluso puede ser difícil encontrar discos apropiados (especialmente en el caso de las de 5,25″). En tal caso, merece la pena instalar una disquetera moderna de 3,5″ y 1,44 MB, ya que cuestan menos de 5.000 p
Los disquetes tienen fama de ser unos dispositivos muy poco fiables en cuanto al almacenaje a largo plazo de la información; y en efecto, lo son. Les afecta todo lo imaginable: campos magnéticos, calor, frío, humedad, golpes, polvo… Hace un tiempo verifiqué unos 25 disquetes de diferentes marcas de un antiguo
286, que estaban guardados en una caja de plástico para disquetes, y casi la mitad no funcionaba, lo que no me sorprendió en absoluto.
Si tiene programas en disquete, haga copias inmediatamente y guarde los originales en lugar seguro. Si tiene datos importantes almacenados en disquete, haga copias nuevas y piense en otro método mejor de almacenaje. Y ante todo, compre siempre disquetes de marca. No le salvarán de los fallos futuros, pero al menos estarán más o menos bien de origen; las economías en estos temas son malas compañeras, huya de los disquetes metidos en cajas blancas sin logotipos como de la peste o le pesará…
Fuente: Apuntes de Mantenimiento Computacional de la Unideg