Grabadoras de CD-ROM

Pros: alta seguridad de los datos, compatibilidad, bajo precio de los discos.

Contras: inversión inicial, capacidad y velocidad relativamente reducidas

Lo primero, hacer distinción entre grabadoras (aquellas que sólo permiten grabar la información una vez, sin que luego se pueda volver a escribir en el CD) y regrabadoras (las que, utilizando los discos apropiados, permiten grabarles numerosas veces, en teoría unas mil). De todas formas cada vez quedan menos grabadoras que no sean también regrabadoras, pero conviene que se informe por si acaso, evidentemente no es lo mismo lo uno que lo otro.

Las grabadoras son como lectores de CD-ROM pero que permiten grabar además de leer. ¿En cualquier tipo de CD? No, en absoluto, para nada. Los CDs comerciales, de música o datos, son absolutamente inalterables, lo cual es una de sus ventajas. Los CDs grabables son especiales y de dos tipos: CD-R (Recordable, grabable una única vez), que cuestan unas 200 pts, y CD-RW (ReWritable, regrabable múltiples veces) por unas 1.000 pts.

El ridículo precio de los CDs grabables una única vez los hace idóneos para almacenar datos que so n poco o nada actualizados, así como para realizar pequeñas tiradas de software propio o «copias de seguridad» de software comercial (en realidad para lo que suelen servir es para piratear software, para qué engañarnos). Los regrabables sirven para realizar backups del disco duro o de la información más sensible a ser actualizada constantemente.

Las características de esta tecnología determinan a la vez sus ventajas y sus principales problemas; los CD-ROMs, aunque son perfectos para distribuir datos por estar inmensamente extendidos, nunca han sido un prodigio de velocidad, y las grabadoras acentúan esta carencia. Si en los lectores de CD-ROM se habla como mínimo de 24x (otra cosa es que eso sea mentira, en realidad la velocidad media pocas veces supera los 1,8 MB/s, los 12x), en estas unidades la grabación se realiza generalmente a 4x (600 Kb/s), aunque algunas ofrecen ya 8x o más.

Pero alcanzar o superar 4x no siempre es posible, ojo, especialmente si la fuente de los datos es lenta o inestable (como un lector de CD-ROM). Lo que es más, la lectura en el propio grabador no suele superar los 16x, por lo que se suele usar un lector como complemento. Esto hace que, aunque el resultado es igualmente invulnerable a campos magnéticos, humedad, etc, resulte mucho más práctico utilizar un dispositivo magneto-óptico si se desea velocidad, versatilidad y mayor resistencia y dejar las grabadoras de CD para copiar discos y hacer copias de seguridad. Claro está que para piratear software resultan más prácticas, pero allá cada uno con su conciencia…

Por lo demás, indicar que el resultado de la grabación en un disco grabable una única vez se puede leer en cualquier lector no prehistórico (digamos un 2x), pero los discos regrabables dan más problemas, y no es raro que fallen en lectores algo antiguos, por ejemplo 4x ó 6x, pero con lectores modernos no existen problemas.

Para realizar una grabación de cualquier tipo se recomienda poseer un equipo relativamente potente, digamos un Pentium sobrado de RAM (al menos 32 MB). Para evitar quedarnos cortos (lo que puede impedir llegar a grabar a 4x o estropear el CD por falta de continuidad de datos) podemos comprar una grabadora SCSI, que dan un flujo de datos más estable, tener una fuente de datos (disco duro o CD-ROM) muy rápida, no grabar directamente de CD-ROM a grabadora (mejor de CD-ROM a disco duro y luego a grabadora), comprar un grabador con un gran buffer de memoria incorporado (más de 1MB) o asegurarnos de que la grabadora cumple la norma IPW o mejor UDF, que facilitan la grabación fluida de datos sin errores.

Las unidades únicamente grabadoras están en proceso de extinción, ya que las regrabadoras cada vez son más asequibles, unas 25.000 pts más IVA en versión IDE y unas 30.000 en versión SCSI.

Fuente: Apuntes de Mantenimiento Computacional de la Unideg