Conector SCSI
Sin lugar a dudas, es la opción profesional. Un escáner SCSI (leído «escasi») es siempre más caro que su equivalente con conector paralelo, e incluso muchos resultan más caros que modelos de mayor resolución pero que utilizan otro conector. Debido a este sobreprecio no se fabrican en la actualidad escáners SCSI de resolución menor de 300×600 ppp, siendo lo más común que las cifras ronden los 600×1.200 ppp o más.
La utilidad de la conexión SCSI radica en dos apartados: velocidad y pocos requisitos de microprocesador. Lo primero es fácil de entender: al interfaz SCSI puede transmitir de 5 a 80 MB/s, dependiendo del estándar SCSI en concreto, mientras que el puerto paralelo a duras penas supera 1 MB/s (y eso en los modos «avanzados» ECP o EPP). Si como vimos antes una imagen A4 puede ocupar 25 MB o más, resulta evidente que un escáner SCSI es la opción a utilizar para escanear imágenes grandes con una iertac resolución y calidad de color.
La otra cualidad de SCSI incide también en la velocidad, aunque de otra forma. No se trata sólo de que se puedan transmitir 10 ó 20 MB/s, sino que además dicha transferencia se realiza sin que el microprocesador realice apenas trabajo; esto permite ir escaneando imágenes mientras realizamos otras tareas, agilizando mucho el trabajo. En un escáner paralelo resulta muy normal que mientras se realiza el escaneado el rendimiento del ordenador baje tanto que no merezca la pena intentar hacer nada hasta que haya finalizado el proceso.
Pero como no todo van a ser ventajas en esta vida, los escáners SCSI (y en general todos los dispositivos SCSI) tienen una carga: su precio elevado, justificable por el aumento de prestaciones que suponen y por la necesidad de incluir una tarjeta controladora SCSI, ya que muy pocos ordenadores traen una incorporada (mientras que todos tienen puerto paralelo). Para economizar un poco, en muchas ocasiones dicha tarjeta es un modelo de prestaciones reducidas, capaz de controlar únicamente el escáner y no los 7 ó 15 dispositivos que pueden manejar las tarjetas normales.
Fuente: Apuntes de Mantenimiento Computacional de la Unideg