Libración lunar
Es una especie de oscilación que presenta el globo lunar. Puede ser de tres tipos:
1.- Libración en longitud, debida a que la velocidad orbital de la Luna varía (II ley de Kepler), mientras la velocidad de rotación de nuestro satélite alrededor de su propio eje es uniforme.
2.- Libración en latitud, debida a que el ecuador lunar está inclinado con respecto al plano de la órbita lunar unos 6 grados aproximadamente.
3.- Libración diurna, debida a que el observador terrestre, en movimiento de rotación junto con nuestro planeta, ve el globo lunar desde perspectivas diferentes en el periodo de un mismo día. Estos tres movimientos oscilatorios combinados hacen que la Luna, a pesar de que dirija hacia la Tierra siempre la misma cara, en la práctica muestra más del 50 por 100 de su superficie (el 59 por 100). Aun sin moverse de la Tierra es posible, por lo tanto, observar una pequeña porción de la otra cara de la Luna.
El movimiento de libración fue descrito por Galileo Galilei, que lo definió titubeo. Se denomina libración al conjunto de movimientos de oscilación que presenta el disco de la Luna con respecto a un observador ubicado en la Tierra.
Se da la circunstancia de que la Luna tarda el mismo tiempo en dar una vuelta sobre sí misma que en dar una vuelta completa en torno a la Tierra con respecto a un punto fijo (lo que se conoce como período sideral, que dura 27 días, 7 horas, 43 minutos y 11,5 segundos). Eso hace que la cara vista desde la Tierra sea siempre la misma. Esto significaría que un observador terrestre solamente podría conocer el 50% de la superficie lunar.
Sin embargo, esto no es así. Aunque el movimiento de la Luna alrededor de su eje de rotación está sincronizado con su traslación alrededor de la Tierra, estas libraciones permiten a un observador terrestre ver diferentes imágenes de la superficie lunar en momentos diferentes. De hecho, un observador terrestre podrá contemplar el 59% de la superficie del satélite al cabo de observaciones sucesivas.