Diagnóstico y tratamiento de trastornos psicóticos
Descripción
Los trastornos psicóticos son una categoría de enfermedades mentales que abarcan un gran número de subcategorías y se caracterizan en su conjunto por la presencia de psicosis, la cual se caracteriza por una pérdida del juicio de realidad, deterioro del funcionamiento mental representado por la presencia de ideas delirantes, alucinaciones, lenguaje y comportamiento desorganizado.
La esquizofrenia es el trastorno prototipo de la psicosis, por ser el más frecuente y de ésta, el subtipo paranoide es el más frecuente.
La edad de inicio es más temprana en los hombres (15-25 años) que en las mujeres (25-35 años). Cuando el trastorno comienza después de los 45 años, se denomina como esquizofrenia de inicio tardío.
El trastorno de ideas delirantes cuenta con una subclasificación de uso habitual que la categoriza de acuerdo con los síntomas que presenta el paciente: síntomas positivos (delirios y alucinaciones), síntomas negativos (afecto aplanado, apatía, dificultades en la atención) y síntomas de desorganización (habla desorganizada, trastorno del pensamiento, conducta desorganizada).
Si bien los positivos son los más relevantes en las fases agudas de los trastornos, los síntomas determinantes en las disfunciones sociales y ocupacionales de los pacientes con esquizofrenia son los negativos y los déficits cognitivos.
Los síntomas negativos y los déficit cognitivos son extremadamente importantes, tanto clínicamente como en términos de rehabilitación, pues afectan la capacidad de trabajo, las relaciones con los demás y los lazos emocionales, es decir, a la capacidad del paciente para desarrollar una vida en condiciones normales.
La intervención cubre la atención mensual del paciente por el médico de primer contacto, de forma inicial, su tratamiento debe ser integral y multidisciplinario, estructurándose a partir de la determinación diagnóstica específica, paralelamente al empleo de tratamientos psicosociales.
El tratamiento es ambulatorio, se sugiere como mínimo 4 valoraciones al año y en casos severos o complicados (ideación o intento suicida, agitación psicomotora, destructividad, síntomas negativos severos), requieren de hospitalización para su manejo agudo.
La hospitalización, será por un período de 20 días, los objetivos de ésta pueden ser para precisión diagnóstica, aunque la mayoría de las veces sólo es necesaria cuando hay una descompensación de los síntomas psicológicos y/o conductuales, dependiendo de la severidad de éstos, la hospitalización puede llevarse en un hospital general si éstos son leves.
Si la intensidad es de moderada a severa (agitación psicomotora, agresividad física heterodirigida, intento suicida, síntomas negativos severos) se recomienda la hospitalización en un servicio especializado. Al remitir la descompensación debe continuarse el manejo ambulatorio médico y de rehabilitación.
Una valoración adecuada debe ser complementada por un examen del estado mental y del deterioro funcional, una exploración física con especial énfasis en el área neurológica, así como la evaluación de consumo de alcohol o drogas.
La valoración debe ser realizada por profesionales de la salud: médicos generales con entrenamiento en los test de evaluación neuropsicológica, psiquiatras, neurólogos, psicólogos (con entrenamiento en detección de síntomas de cuadros psicóticos, que puedan hacer una referencia oportuna).
La intervención incluye: 1 – 2 consultas de diagnóstico a intervalo de 1 semana. Médico especialista en psiquiatría 1 consulta de control a intervalo de 3 meses. Médico especialista en psiquiatría o médico general con entrenamiento en el manejo de los trastornos psicóticos. A partir de la segunda consulta se hará el control farmacológico.
A partir de la tercera consulta se establecerán los tratamientos psicosociales (rehabilitación). Si se observa que en un periodo de 8 semanas no hay mejoría de los síntomas o antes hay una agudización de los síntomas el paciente debe ser valorado por el médico psiquiatra especialista.
La hospitalización puede ser de 1 a 2 veces en un año, en un hospital psiquiátrico o bien en un hospital general, la duración de 20 días, y para estudio e instalación de tratamiento o bien para control de agudización de los síntomas.
Medicamentos
Auxiliares de diagnóstico
- Entrevistas diagnósticas y de evolución.
- Exploración física y neurológica: Indispensable para un diagnóstico diferencial de enfermedades sistémicas o enfermedades neurológicas focales.
- Pruebas clinimétricas de tamizaje: BPRS (Escala Breve de apreciación psiquiátrica.
- Pruebas Neuropsicológicas con entrenamiento especializado: PANSS (Escala de evaluación de síntomas positivos y negativos de la esquizofrenia), M. I. N. I (Entrevista Neurosiquiátrica Internacional), MMPI, Bender, Weshler.
- Biometría hemática completa.
- Química sanguínea.
- Pruebas de función hepática.
- Examen general de orina.
- Perfil de lípidos.
- Perfil tiroideo.
- Perfil toxicológico.
- Niveles séricos de fármacos específicos.
- Tomografía Axial Computarizada.
- Electroencefalograma.
Fuente: Catálogo universal de servicios de salud (CAUSES) 2012