Derecho a la Paz

Paz con dignidad y justicia es un lema que han venido utilizando diversos grupos de la sociedad civil. Hablan en su desesperación como si la dignidad y la justicia fueran un agregado a la paz.

Pero… ¿habrá realmente paz alguna sin justicia y dignidad? Creemos que no. Sin embargo el término más frecuentemente utilizado para caracterizar una

situación en donde no hay conflicto armado es el de paz. Así, podrían concluir los partidarios de esta postura, existe paz aunque haya hambre, existe paz a pesar del desempleo, la paz se encuentra independientemente de la carrera desventajosa del poder adquisitivo contra la inflación.

La paz no es sólo la ausencia de guerra; no se puede definir un concepto tan importante para la vida plena a partir de identificar paz con no-guerra.

Dice Francisco Bustamante (SERPAJ, Uruguay) que la Real Academia Española define el concepto paz a través de once puntos, de los cuales la gran mayoría alude a la necesidad de ausencia de guerra, o bien al señalar su contradicción con riñas, pleitos, desacuerdos. La paz tiene un peso por sí misma y así hay que entenderla.

La paz es una condición para el desarrollo del ser. humano y la entendemos como una situación caracterizada por un nivel reducido de violencia directa y un nivel elevado de justicia (Adam Curle). La violencia directa se refiere a todo lo relacionado con maltrato, golpes, represión, tortura y discriminación.

El descomunal trabajo que sobre el particular atienden la sociedad civil organizada y los organismos gubernamentales comprometidos con los grupos en situación de desventaja, son muestra de la magnitud del problema contemporáneo de violencia directa.

No hay unos de estos organismos al trabajar con. Mujeres, niños, niñas de la calle, con la niñez en general, que no se refiera en su discurso a la escasez de recursos para dar respuesta a tan alarmante problema.

De cara a la justicia una sociedad que verdaderamente quiera ser pacífica tendrá que avanzar con indicadores claros hacia niveles de vida superiores para la población: más empleos y que estén bien remunerados, asistencia médica y disminución de las enfermedades de la pobreza, servicios públicos en rancherías, comunidades y colonias; ningún niño sin oportunidad de estudiar y que encuentre en la escuela una educación de calidad. En concreto, la paz como fruto de la justicia.

Hay un segundo elemento muy relacionado con la justicia: la democracia como sistema político y como modo de vida. En este asunto se entrecruzan las estrategias políticas, partidistas y no partidistas, para abrir cauces democráticos a las distintas expresiones de la sociedad moderna.

Pero la democracia también se encuentra en la vida cotidiana a la hora de tomar decisiones en la familia, en el barrio, en el municipio, en la escuela. De forma similar a la justicia, no hay paz sin democracia o, mejor dicho, la democracia es condición para avanzar hacia la justicia y la paz.