Participación de ONG´S
A partir de la década de los cincuenta, hemos presenciado la proliferación de las organizaciones sociales en todo el mundo, surgidas de la ingobernabilidad generada por el debilitamiento del Estado y las instituciones.
Este tipo de organizaciones se ha dedicado a diferentes objetivos y se caracterizan porque en ellas la corresponsabilidad social permea sus acciones y las traduce en gestión para el cambio y el desarrollo. En este tema sólo nos ocuparemos de las organizaciones no gubernamentales ambientalistas.
Si bien el concepto de Estado ha sido ampliamente definido en la abundante literatura producida en torno al tema, no lo es para la sociedad civil organizada que trabaja por causas ambientales; los llamados ahora organismos no gubernamentales ambientalistas, ecologistas o conservacionistas.
Veamos ahora, una definición de qué es una ONG ambientalista. Según Raúl Brañes, distinguido abogado especializado en legislación ambiental, «Se designa modernamente como ONG a todos los grupos de individuos que se han constituido de manera formal para la consecución de ciertos objetivos de naturaleza social y que sin; embargo, no son parte integrante de un gobierno (en sentido amplio), Las ONG que aquí interesan son aquellas que se constituyen en función de objetivos que se vinculan a la protección del medio ambiente».
Yo entiendo como ONG ambiental al grupo de personas morales de carácter privado, que no; perciben remuneración alguna del gobierno, y que realizan acciones de educación, denuncia, investigación, preservación, protección, mejoramiento, desarrollo integral y aprovechamiento responsable, de los recursos naturales y el medio ambiente.
En esta última y escueta definición, no mencioné que tendrían que estar legalmente constituidas, algo importante para que el Estado las reconozca como entes jurídicos; sin embargo, hay muchas que realizan trabajo bajo las premisas mencionadas que no están conformadas de esta manera.
Tampoco mencioné las que se dedican exclusivamente a publicitar los problemas ambientales y, éstas, también son ONG.
Ahora bien, cualquiera de estas definiciones no nos dice absolutamente nada de la calidad de las actividades que una ONG desarrolla, tampoco nos dice acerca de su ideología, del sector al que se dirigen primordialmente.
Para comprender integralmente a una ONG ambientalista requerimos señalar sus componentes, así como, los principales elementos que determinan su funcionamiento.
Tal es el caso de la procedencia de su capital, de la formación de su infraestructura o la dependencia de algún sector nacional público, particular o de alguna fuerza hegemónica del exterior. También debemos saber si verdaderamente es independiente y no pierde su objetivo general más p uro, que debería ser defender el medio ambiente con un compromiso ético.
Podríamos ir más allá en el diagnóstico particular de las ONG: por la cantidad de proyectos que manejan, la diversidad de los ternas que tocan, la integralidad de éstos, la concurrencia de distintos sectores, si son voluntarios o asalariados y los niveles de ingreso de su personal.
Se puede medir su presencia en la vida comunitaria por la cantidad de acciones efectuadas, las demandas atendidas, su presencia en los medios de comunicación, las publicaciones realizadas, la investigación desarrollada, etcétera.
El nivel del análisis de una ONG cambiará de acuerdo a la multiplicidad de variables que se quieran introducir para su estudio. Algo que también variará una investigación sobre un organismo de este tipo es el lapso considerado para su estudio, o bien, los momentos coyunturales de acciones específicas.
En lo particular, no he encontrado un estudio amplio y profundo que nos dé una perspectiva global del movimiento ambientalista mexicano. Existen muy aceptables análisis de los grupos y su desarrollo y partes de su expresión.
Sin embargo, ningún estudio refleja verdaderamente cuál es la incidencia de las ONG ambientalistas en los aspectos de la vida política y social del país, desde sus inicios y con todas las características arriba mencionadas, las cuales son fundamentales para entender este movimiento como fenómeno social. Más bien se ha cumplido con una función estadística descriptiva, más no interpretativa del funcionamiento del movimiento, sin corresponder necesariamente a toda una explicación nacional del fenómeno.
Esto puede ser debido, quizá, a la corta vida que tienen algunas de estas organizaciones, a sus continuos cambios y metamorfosis, a los aspectos externos del fenómeno (como las relaciones con el gobierno, las políticas económicas, la situación: democrática del país), a la aparición coyuntural de algunas de ellas, a la evolución de la legislación ambiental, a los avances tecnológicos, a las interrelaciones entre los grupos (alianzas, redes, federaciones), nacionales o internacionales, a la difusión oficial de los problemas ambientales, etcétera.