La arena
De acuerdo con su procedencia o localización, las arenas se denominan:
– Arenas de río: No son recomendables, pueden contener arcillas y materiales orgánicos, y deberán lavarse las partículas extraídas del río; son redondeadas por el acarreo que sufrieron. Cuando son blandas, no se aconseja su utilización.
– De minas: Son arenas de granos muy angulosos, también contienen arcillas y materias orgánicas. Depen-diendo de la cantidad y calidad de las impurezas, son de color azul, gris pardo o rosa.
– Arenas de color azul: Son las más puras. Las de color gris tienen un alto porcentaje de polvo, y las de color rosa contienen óxido. Mediante el proceso de cribado y lavado se mejoran para su uso o se desechan.
– Arenas de playa o dunas: solamente son aprovechables si son lavadas en agua dulce, cuando tienen el tamaño adecuado. Las sales alcalinas que contienen, absorben y retienen la humedad, perjudicando el concreto o los acabados.
– Arenas artificiales: Son de granos angulosos y superficie rugosa; al ser trituradas y molidas, pasan por un proceso de selección y cribado, y por lo mismo no contienen polvo suelto; si además provienen de rocas duras, que no tengan aristas vivas y ángulos muy agudos resultan ideales para elaborar morteros y concretos. El tamaño de la arena es de 0. 02 a 6 mm .
Por su origen las arenas pueden ser:
– Sílicas o cuarzosas. Son recomendables por su dureza y estabilidad química.
– Calizas. Provienen de rocas calizas muy duras, y son de gran utilidad.
– Graníticas y arcillosas. Por su alterabilidad y poca homogeneidad, no deben usarse.
Fuente: Manual de autoconstrucción, manos a la obra de IMCYC