La vivienda y el clima
Es preciso definir los requerimientos de la vivienda, el clima y el medio natural, proteger al hombre del sol, la lluvia, el viento y otros fenómenos de la naturaleza.
Dos condiciones principales que definen los climas de México son: latitud respecto al Ecuador y la altura sobre el nivel del mar. En términos generales, al apartarse del Ecuador o del nivel del mar, la temperatura baja.
Por abajo de los 1,000 m y al sur del trópico de Cáncer, que cruza nuestro país, la temperatura media anual es de 22.5 ºC, en tanto que al norte de esa línea y por encima de esa latitud, el promedio es de 15 grados.
Salvo en el extremo norte, donde en verano hay calores rigurosos y en invierno caen nevadas, en el resto del país no suceden cambios radicales en el curso de las estaciones.
La precipitación pluvial (las lluvias ) tienen variaciones sig-nificativas: en el ciclo de verano va desde 300 mm en la zona semidesértica, hasta 1,500 mm en los declives de la sierras tropicales.
El régimen de lluvias, en combinación con la latitud y las variadas alturas de un país montañoso, produce infinidad de microclimas, es decir la vivienda requiere confort para el adecuado desarrollo de las actividades de sus habitantes, es decir, una temperatura lo más estable posible, entre 22 y 28.
Esta es una condición que se debe atender para brindar la calidad de vida en la vivienda, al pensar como se puede llevar a la práctica la edificación.
El sol
La penetración de los rayos solares se provoca o se evita en el interior de la vivienda, dependiendo de las condiciones del clima y el tipo de local (una cocina o una recámara).
Cuando el clima tiene como característica altas temperaturas en gran parte del año, se busca evitar los rayos solares para reducir el calor excesivo. Toda edificación se calienta, unas más que otras a continuación damos soluciones para disminuir el calentamiento:
Orientación adecuada de la vivienda, protegiendo el mayor número de locales en áreas habitables (recámaras, sala, comedor, estudio, etc.) o no habitables (baños, cocinas, cuarto de lavado), por ejemplo se orientan al norte o al sur, o buscando la captación de los vientos dominantes para provocar su paso dentro de la vivienda y obtener la ventilación cruzada.
Sombreado de la vivienda, lo cual aumenta el confort. Esto se logra de diferentes maneras:
– A base de aleros pronunciados.
– Con nichos, es decir huecos profundos, donde se alojan las ventanas.
– Con faldones.
Mediante quiebrasoles o partesoles.
– Con elementos de fachada tales como balcones, volúmenes, quiebres, etcétera.
– Ventilación mediante el aumento del volumen de aire interior. Esto se consigue elevando la altura de los techos o entrepisos, así como ampliando las dimensiones de las habitaciones.
– Equipo para clima artificial.
Para esto hay que preveer la adaptaciones, a través de la preparación para instalaciones y la consideración espacio y costo.
– Materiales:
Aislantes del calor en muros ( blocks huecos, de mayor grosor, con aplanados rugosos, etc.).
Aislantes del calor en losas (con cámaras de aire, con aislante integral, etc.).
Aislantes del calor en pisos, (a base de mosaicos, terrazos, barro, cerámicos, cemento, concreto, etcétera).
– Color. De preferencia blanco, tanto en interiores, como en exteriores o los tonos pastel de los llamados colores fríos: azul, verde o gris.
Empleo de impermeabilizantes o terminados en azotea, claros o blancos.
– Control de incidencia de los rayos solares; evitar que caigan perpendiculares y se absorba más calor, mediante la inclinación de las losas.
– Control de la irradiación de calor, reduciendo áreas de ventanas al oriente y poniente.
– Control del reflejo del calor; reduciendo superficies de pavimentos cercanos a la vivienda, sobre todo los obscuros. El reflejo se atenúa con vegetación (pasto, maleza, etc.).
– Ventilación natural provocando el efecto de tiro. El aire caliente tiende a estar en la parte alta de la vivienda, y se puede extraer con una abertura en el techo. Puede ser una ventana, algún hueco o cambio de losas.
– Ventilación con circulación del aire evitando que el aire caliente quede encerrado en la habitación. Esto se logra con perforaciones en la parte alta del muro, rejillas en puertas, ventanas opuestas, etcétera.
El conocimiento tradicional para conservar viviendas frescas pese al calor en las provincias de nuestro país es digno de tomarse en cuenta al proyectar la construcción de la casa propia.
Observar los sistemas constructivos y los materiales usa-dos en la localidad, así como la diversidad de materiales que ofrece la industria de la construcción en todo el país, permite la elección que más se ajuste a nuestros requerimientos técnicos y económicos, adaptados a la mano de obra local, capacitándola incluso para la aplicación de nuevas técnicas.
Con los productos fabricados a base de cemento y concreto se obtiene una mayor economía (calidad a bajo costo) en el caso de muros y losas que impiden la penetración del calor dentro de la vivienda (sobre todo con cámaras de aire o huecos) y también en pisos, donde el uso del cemento es fácil, económico y muy fresco.
Fuente: Manual de autoconstrucción, manos a la obra de IMCYC