Aprecie y reconozca el esfuerzo y los resultados
Sam Walton era muy hábil para motivar a la gente. Esto era posible gracias a su personalidad, pero también a su facilidad para detectar cuándo la gente necesitaba reconocimiento y sentirse satisfecha. Walton se aseguraba de que los empleados que hacían bien sus trabajos fueran reconocidos. Walton siempre trató a todo el mundo por igual. Los ejecutivos no gozaban de privilegios que los demás empleados no pudieran obtener.
Las oficinas centrales de Walton no tenían un comedor para los ejecutivos ni baños privados. Cada empleado era importante para el éxito de la compañía y, por tanto, debía ser tratado por igual. Lo que era justo para uno era justo para el resto. Además, no se podía decir una cosa y luego hacer otra. Los ejecutivos de Walton viajan en clase económica y se hospedan en hoteles baratos, igual que los demás. Walton creía tanto en esto que incluso él mismo lo practicaba, a pesar de ser multimillonario. Él creía en dar el ejemplo.
Wal-Mart es muy buena ofreciéndoles retroalimentación a sus empleados. Los mejores empleados son animados a continuar y los demás empleados reciben asesoría de qué se puede hacer para mejorar. Los supervisores no dudan en hablar sobre problemas de rendimiento abiertamente. Todo el mundo sabe lo que está haciendo bien y lo que está haciendo mal.
A Walton le encantaba reconocer abierta y efusivamente el buen desempeño. Buscaba el buen desempeño en vez del fracaso de los empleados. Se pasaba mucho tiempo alabando el buen desempeño de los mejores empleados.
– Reconozca públicamente el trabajo de sus empleados. Cree una cultura del reconocimiento en su organización.
– No permita que haya dudas acerca de su interés en el desempeño de alguien.
– Trate a todo el mundo por igual y abiertamente.
– Salga de su oficina frecuentemente y busque las cosas positivas que están sucediendo.