La misión
Una misión efectiva debe responder a la siguiente interrogante: ¿Cómo pretendemos triunfar en este negocio? Esta es una interrogante fundamental porque obliga a la compañía a identificar sus fortalezas y debilidades, y a determinar cómo pueden ser aprovechadas desde un punto de vista competitivo.
Ningún objetivo social tiene sentido si no tenemos éxito financiero. Esto no quiere decir que la misión no pueda ser audaz o pretenciosa. De hecho, este tipo de misiones suelen inspirar y motivar a la gente.
Al final, una buena misión debe incluir un balance entre lo posible y lo imposible. Esta debe señalar la dirección hacia la rentabilidad e inspirar un sentimiento de que se es parte de algo grande e importante. Finalmente, dado que se trata de un momento fundamental para los líderes de la compañía, la misión debe ser establecida por la alta gerencia.