Inteligencia colectiva y tráfico automovilístico
En febrero de 2003, la ciudad de Londres comenzó a cobrar cinco libras diarias a quien condujera por el centro. Esta fue la solución al constante tráfico que había en el área.
Si bien dicha solución encontró gran oposición al principio, resultó ser muy exitosa a la larga. Las calles continúan atestadas de vehículos, pero ahora los conductores toman en cuenta si vale la pena o no pagar por pasar por el centro de la ciudad; de este modo, el tráfico fluye con mayor rapidez.
Además, el dinero recaudado ha permitido desarrollar un mejor servicio de transporte público para Londres. Así pues, la inteligencia colectiva se ve en la necesidad de considerar si pagar o no.