Problemas odontológicos en ancianos
La falta de costumbre, y sobre todo de recursos económicos han provocado que las visitas al dentista se hagan cuando aparece el dolor. En muchas ocasiones ya es demasiado tarde. No es de extrañar por tanto que la gran mayoría de nuestros ancianos carezcan de dentición propia.
La utilización de prótesis constituye la norma general. Los cambios que con la edad se producen en la cavidad bucal, hacen que las prótesis dejen de utilizarse ya que al no ajustarse, producen molestias. Es precisamente en el momento de comer cuando se las retiran.
Como consecuencia, el anciano comienza a seleccionar los alimentos más blandos en lugar de los más nutritivos. Este hecho junto a estados de depresión, soledad o enfermedad terminan por agravar la situación.
Todos estos factores, desembocan en estados de desnutrición que empeoran al convivir con otras enfermedades. Se crea un círculo cerrado en el que los problemas odontológicos repercuten en la nutrición, y ésta a su vez en la salud acelerando el proceso de envejecimiento.
Pacientes poli ulcerados
El origen de esta patología está en la inmovilidad de enfermedades crónicas, por lo que su incidencia en la tercera edad es muy alta. Las úlceras se pueden definir como las lesiones que se producen en cualquier parte del cuerpo que sufre una presión prolongada sobre un plano duro aunque no sea intensa, e independientemente de la posición en la que permanezca el paciente.
Las causas que más inciden en su aparición son: la edad, la pérdida de elasticidad y sensibilidad, la inmovilidad, las alteraciones en la circulación y respiración, la malnutrición, la incontinencia, los tratamientos con corticoides y los factores psicosociales.
Las úlceras, hacen su aparición en los lugares de la piel que están sometidos a mayor presión por lo que dependerá de la posición en la que se encuentre el paciente; sedente, decúbito lateral, prono o supino. La aparición pasa por cuatro fases: enrojecimiento de la piel, aparición de grietas y vesículas, aparición de úlceras marginales, y por último, aparece tejido necrótico y exudado abundante. La úlcera ya es extensa y ha penetrado hasta el músculo e incluso hasta el hueso.
En pacientes que tengan gran potencialidad de desarrollo de úlceras, la prevención es fundamental. Se deberá actuar sobre la presión, cambiando cada dos horas (como mínimo) la postura del paciente, utilizando protectores locales en las prominencias óseas y dispositivos mecánicos como colchones de presión alternante, de agua etc.
En el tratamiento de las úlceras, se van a utilizar distintos productos en función de su grado de desarrollo destacando; los apósitos sintéticos, las láminas semipermeables, los hidrogeles e hidrocoloides y los apósitos húmedos.
Tanto en la fase de tratamiento como en la prevención, el papel de la familia va a ser muy importante facilitando el seguimiento y el tratamiento de la enfermedad.