Fusión fría
La fusión fría es el nombre genérico dado a cualquier reacción nuclear de fusión producida a temperaturas muy inferiores a las necesarias para la producción de reacciones termonucleares (millones de grados Celsius). De manera común el nombre se asocia a experimentos realizados a finales de los 80 en células electrolíticas en los que se sugería que se podía producir la fusión de deuterio en átomos de helio produciendo grandes cantidades de energía. Estos experimentos fueron publicados en la revista científica Nature pero la fusión fría como tal fue descartada al poco tiempo por otros equipos constituyendo el artículo de Nature uno de los escándalos más sonados de la ciencia en los tiempos modernos.
El experimento de Pons y Fleischmann’s
El 23 de marzo de 1989 los químicos Stanley Pons y Martin Fleischmann de la Universidad de Utah realizaron una conferencia de prensa en la que anunciaron la producción de fusión fría con la consiguiente liberación de energía. El anuncio fue considerado sorprendente al tenerse en cuenta el sencillo equipamiento necesario para producir tal reacción: un par de electrodos conectados a una batería y sumergidos en un recipiente de agua pesada rica en deuterio. El anuncio fue reflejado a nivel internacional constituyendo portadas en la mayoría de los periódicos. Pons y Fleischmann habían trabajado en su experimento desde el año 1984, en el año 1988 consiguieron fondos del Departamento de Energía de los Estados Unidos para una larga serie de experimentos. El término de fusión fría había sido acuñado por el Dr. Paul Palmer de la Universidad Brigham Young en 1986 en investigaciones sobre la posibilidad de la producción de reacciones de fusión atómica en el interior de un núcleo planetario. El término fue entonces aplicado al experimento de Fleischmann y Pons en 1989.
En tan solo unos días científicos de todo el mundo comenzaron a intentar duplicar los resultados de los experimentos. Durante unas seis semanas se produjeron anuncios de verificación, retractación y explicaciones alternativas que mantuvieron el interés de los periódicos sobre el tema, sin demasiados resultados definitivos. Poco después el escepticismo sobre la fusión fría fue aumentando a medida que diferentes experimentadores eran incapaces de reproducir los resultados del experimento de Pons y Fleishchmann. A finales de Mayo el Departamento de Energía de los Estados Unidos formó un panel especial de investigadores para determinar la veracidad o no de la fusión fría. El comité de expertos trabajó durante cinco meses en un estudio en el que se afirmaba que no existía evidencia alguna de fusión fría y que tales efectos contradirían todo el conocimiento adquirido sobre las reacciones nucleares durante la última media década. El comité recomendaba específicamente no financiar investigaciones costosas sobre este tema.
Investigaciones actuales en fusión fría
Hoy en día se siguen realizando esfuerzos en la búsqueda de reacciones nucleares del tipo de la fusión fría. Estos esfuerzos son realizados por una parte minoritaria aunque significativa de la comunidad científica. Una de las vías que más dan que hablar en la actualidad se basa en experimentos sobre la Sonoluminiscencia. Éste fenómeno fue descubierto por D.F. Gaitan y otros a principios de los 90 en la universidad de Missisipi y se basa en la emisión de luz (entre otros tipos de radiación) del interior de burbujas que son sometidas a excitaciones acústicas. El fenómeno ha sido intensamente estudiado por la comunidad y siguen encontrándose publicaciones al respecto. Recientemente, en el año 2002, el profesor Rusi P. Taleyarkhan junto a otros miembros del Oak Ridge National Laboratory publicaron en la revista Science un artículo llamado: «Evidence for nuclear emissions during acoustic cavitation” afirmando que observan emisiones de neutrones de alta energía en este tipo de experimentos. Sin embargo, este artículo ha levantado las voces de numerosos escépticos que no reproducen sus resultados, recordándonos a los tristes acontecimientos de Pons y Fleischmann. En el 2006, el profesor Taleyarkhan ha vuelto a publicar nuevas pruebas para ratificar sus interpretación de los experimentos, con nuevas reacciones desde la misma revista Nature. Ciertamente, la comunidad científica, escarmentada tras tantos años, se encuentra poco receptiva a nuevos avances a este respecto.