Los parámetros / contrastes
El diseño tipográfico depende del contraste entre distintos elementos.
El contraste más elemental es el que da entre el tipo y el fondo. Cada letra es una composición de trazos verticales, horizontales, diagonales y curvos en contraste.
Su contraforma se define mediante el contraste entre la letra y el espacio que lo rodea.
El diseñador tipográfico trabaja con todos estos contrastes.
Los contrastes más significativos en el diseño tipográfico son los contrastes de forma, peso, cuerpo, textura y dirección.
Los contrastes de forma, peso y cuerpo pueden establecerse con la unidad tipográfica más pequeña: la letra.
El contraste de textura y dirección engloba varios elementos: las palabras, las líneas de tipografía, las líneas o los elementos geométricos.
Las cualidades formales de un elemento se acentúan más cuando dicho elemento se yuxtapone a una forma con la que contrasta, con lo cual se vuelven más intensos los rasgos visuales de ambos elementos.
En un contexto más amplio, los contrastes dependen de la condición visual básica de la presencia de luz.
La luz solamente es efectiva en contraste con la oscuridad, que sustrae la forma visual de la luz.
Imprimir negro sobre blanco, por ejemplo, implica una sustracción: el negro que se impone sobre la superficie le sustrae el blanco.
Una letra en negrita sustrae más luz de una superficie que una letra fina.
La tipografía sin contraste carece de vida y es monótona.
El contraste es expresivo: puede atraer, estimular o desafiar al lector, o bien intensificar y articular una relación visual.
Los elementos contrastantes son como puntos de referencia: ayudan a establecer una jerarquía visual y a clarificar la comunicación.
Para ser efectivos, los contrastes deben ser siempre claros y decisivos; dependen de la omisión de elementos extraños que distraigan lo esencial.
El Contraste de la forma
Las formas de las letras varían en su estructura, su anchura, su inclinación y su estilo. Todas estas variaciones resultan esenciales para el diseño tipográfico.
Estructura. Cada palabra consta de una serie de letras, cada una de ellas con una estructura diferente.
Los contrastes entre las estructuras vuelven única cada palabra.
Por ejemplo los contrastes entre la estructura de las letras en la palabra coco son débiles, y en buey son marcados.
La diferencia de contrastes entre las letras en caja alta y caja baja son importantes para la legibilidad de un texto.
El contraste de los trazos ascendentes y descendentes hace que los textos compuestos en caja baja sean visualmente más activos que los textos en caja alta.
El contraste entre una y otra proporciona también importantes pistas sintácticas, como la indicación del principio de una nueva frase.
Anchura. La limitación de anchura hace que sea difícil lograr un contraste efectivo.
La Univers, con sus diversos anchos, es una de las pocas tipografías que permiten lograr un contraste de anchura efectivo.
Inclinación. La diferencia entre los trazos verticales de un tipo redondo y los trazos verticales en ángulo de un tipo cursivo proporcionan un contraste efectivo.
Este contraste suele utilizarse con frecuencia para conseguir diferencias semánticas en un texto o para dar énfasis.
Estilo. Las características de un tipo se subrayan cuando se les yuxtapone a otro tipo con el que contrasta.
Cuando se utilizan dos tipos para conseguir contraste, sus formas deben ser claramente distintas.
Debido a la similitud visual entre la Univers y la Helvetica, no tendría sentido combinar ambas fuentes.
Fuente: Taller de Tipografía Avanzada de la U de Londres