Conceptualización y objetivos de la bioética aplicada a la sustentabilidad biológica

En los años setenta, en el mundo en general, el desarrollo de tecnologías que facilitaban la vida cotidiana de las personas se encontraba en auge, pero, al mismo tiempo, se generaba una corriente de prácticas que comenzaron a afectar los entornos tanto sociales como ambientales.

Por lo tanto, la bioética surge como un intento de establecer un puente entre las ciencias experimentales y las humanidades, tratando de minimizar situaciones de conflicto cuando se plantea el dilema de cumplir con un valor moral, o cuando se discute una determinada decisión entre personas que no comparten una visión moral o ética común.

En 1971 Potter, un médico oncólogo de Estados Unidos, fue el primero en utilizar el término bioética en su libro llamado «Bioethics: a Bridge to the Future», donde define a la bioética como una nueva disciplina que combina el conocimiento biológico con un conocimiento de los sistemas de valores humanos.

Potter dividió a la bioética en dos grandes ramas:

  • La bioética general se encarga de dar a conocer los fundamentos, los valores y principios éticos que deben regir a cualquier ser humano, así como de apoyar lasfuentes documentales como los códigos médicos, el derecho nacional e internacional, y las normas deontológicas (deberes y normas morales de los médicos). Por ejemplo: cuando es recetado un medicamento por un médico bajo la consigna de estar seguro que es el indicado.
  • La bioética especial se ocupa de cuestiones específicas, sobre todo en el terreno médico y biomédico, en específico en su relación con el ámbito político y social: modelos de asistencia sanitaria y distribución de recursos materiales, la relación entre el profesional de la salud y el enfermo.

Aunque existen otros autores (en: Reich, 1995). que la definen de la siguiente manera: Por un lado, Francois Malherbe ha definido la bioética como «el estudio de las normas que deben regir nuestra acción en el terreno de la intervención técnica del hombre sobre su propia vida».

Thomsom (2009) apunta que «la bioética es un estudio teórico-práctico, interdisciplinario, cuyo objetivo es responder a los desafíos morales que la aplicación de la tecnología trae al desarrollo de la vida, la salud y el ambiente».

Por otra parte, la expresión «principios éticos básicos» se refiere a aquellos juicios generales que sirven como justificación de prescripciones éticas particulares y evaluaciones de las acciones humanas.

Tres principios básicos, entre los generalmente aceptados en nuestra tradición cultural, son particularmente relevantes para la ética de la investigación que involucra a sujetos humanos: los principios de respeto a las personas, la beneficencia y la justicia. Estos se basan en el Informe Belmont.

  1. Respeto a las personas. – El respeto de las personas incorpora al menos dos convicciones éticas: en primer lugar, que los individuos deben ser tratados como agentes autónomos y, segundo, que las personas con autonomía disminuida tienen derecho a la protección. El principio de respeto a las personas se divide así en dos requisitos morales distintos: el requisito de reconocer la autonomía y el requisito de proteger a los que tienen una autonomía disminuida.

En la mayoría de los casos de investigación sobre seres humanos, el respeto a las personas exige que los sujetos participen voluntariamente en la investigación y con información adecuada.

Respetar la autonomía es dar peso a las opiniones y opciones consideradas de las personas autónomas, al tiempo que se abstienen de obstruir sus acciones a menos que sean claramente perjudiciales para los demás. El respeto por los inmaduros y los incapacitados puede requerir la protección de ellos a medida que maduran o mientras están incapacitados.

Algunas personas necesitan una protección amplia. El grado de protección otorgado debe depender del riesgo de daño y la probabilidad de beneficio. El juicio de que cualquier individuo carece de autonomía debe ser reevaluado periódicamente y variará en diferentes situaciones.

  1. Beneficencia. – Las personas son tratadas de manera ética no sólo respetando sus decisiones y protegiéndolas de los daños, sino también haciendo esfuerzos para asegurar su bienestar. Dicho tratamiento recae en el principio de la beneficencia. Dos reglas generales se han formulado como expresiones complementarias de las acciones benéficas en este sentido: (1) no dañar y (2) maximizar los posibles beneficios y minimizar los posibles daños. Como con todos los casos difíciles, las diferentes reivindicaciones cubiertas por el principio de beneficencia pueden entrar en conflicto y forzar elecciones difíciles.
  1. Justicia. – ¿Quién debe recibir los beneficios de la investigación y soportar sus cargas? Se trata de una cuestión de justicia, en el sentido de «equidad en la distribución» o «lo que se merece». Una injusticia ocurre cuando se niega algún beneficio al que una persona tiene derecho sin una buena razón o cuando alguna carga se impone indebidamente. Otra forma de concebir el principio de justicia es que los iguales deban ser tratados por igual.

Por lo tanto, si se toma en cuenta que uno de los objetivos principales de la bioética es que los hombres como sociedad basen sus decisiones en el respeto a ellos mismos el ambiente que los rodea, la sociedad debería poder llevar a cabo acciones para mantener el equilibrio ecológico y no terminar con los recursos naturales sólo por lucro, dando lugar a la sustentabilidad biológica.

Fuente: Bioética y sustentabilidad, Ciencias Sociales y Administrativas/Licenciatura en Desarrollo comunitario, Universidad Abierta y a Distancia en México