La tipografía contemporánea en México

A partir de 1994, diseñadores gráficos mexicanos empiezan a explorar el diseño digital de letras, produciendo las primeras fuentes mexicanas originales para composición en computadora.

Si nos preguntamos ¿Cuántos tipos de “texto” se han diseñado en México? La respuesta es difícil. Lo cierto es que algunos diseños originales de mexicanos han empezado a dejarse ver en el “body text” de revistas, libros y periódicos, con buenos resultados.

Sin contar con ciertos ilustres antecedentes coloniales y del siglo XIX –poco conocidos, por demás– y algunos casos muy específicos, como la familia Economista (diseñada especialmente para el diario del mismo nombre), las tipografías originales utilizadas hasta ahora en textos no han sido ortodoxamente “de texto”, o sea, romanas patinadas tradicionales.

A pesar de esto, han funcionado sorpresivamente bien, tal vez porque el lector mexicano, en gran parte joven, no tiene costumbres literarias tan establecidas como otros públicos, y es relativamente abierto –o insensible– a la innovación.

Además, es notable el interés creciente que han demostrado algunos empresarios y directores editoriales por usar tipografía original en sus publicaciones.

Entre estos tipos de letra podemos citar la Ingenua y la Suave de Quique Ollervides, la Enrico de Gonzalo García Barcha –un interesante revival de un diseño del siglo XVI–, la Semisans de Nacho Peón, y la Mexica y la Integra de Gabriel Martínez Meave.

Lo que hace falta para cristalizar estos esfuerzos en un todo coherente se podría resumir en los siguientes puntos:

• Lograr un mayor cuidado del detalle, especialmente en el diseño del “espacio blanco” (espaciado y kerning), que en muchos diseños originales todavía no es óptimo y que es vital para que una font se utilice en textos largos.

• La creación de fonts digitales complementarias para estos diseños, empezando por las itálicas y continuando con small caps y pesos bold. Sólo esto permite que un diseño sea verdaderamente funcional.

• Una promoción y distribución profesional de estos tipos de letra a nivel nacional y, por supuesto, internacional.

Si estos puntos se resuelven en un futuro cercano, el destino de la tipografía en México no tiene por qué no ser brillante.

Fuente: Taller de Tipografía Avanzada de la U de Londres