Nuevas fuentes digitales

Sin lugar a dudas el motivo fundamental que desencadenó la fiebre por el uso y conocimiento de la tipografía fue la aparición en 1984 de la computadora personal de Apple Macintosh.

Si bien IBM lanzó su modelo de computadora personal (PC) al comienzo de los años 80, fue el ordenador presentado por Apple el que con su interfaz gráfico y facilidad de uso posibilitó, junto con los programas PageMaker y QuarkXPress, el nacimiento del concepto de autoedición.

Pronto los diseñadores descubrieron las posibilidades de este sistema en cuanto a rapidez, economía y posibilidades de control y su uso se extendió rápidamente al mismo tiempo que aparecían nuevos periféricos como el escáner que posibilitaban la introducción de los distintos elementos del diseño en el nuevo flujo de trabajo digital.

Asimismo la industria gráfica se tuvo que adaptar rápidamente para la nueva era lo que significó que en un corto período de unos diez años la revolución digital se consolidó plenamente. En este período en lo referente a creación de tipos se empezaron a crear de forma que sirvieran para darlos salida en impresoras de gama baja y que se vieran bien en las pantallas de los ordenadores (Lucida, Demos, Praxis pueden servir de ejemplo).

La compañía Adobe contribuyó esencialmente con la creación del Adobe Type Manager (ATM) una utilidad que evitaba el mal efecto visual del escalonamiento de los tipos cuando se ampliaban y que posibilitaba hacerte una idea más precisa del aspecto final y la estandarización del lenguaje de descripción de página PostScript que dibujaba los diferentes tipos utilizando curvas Bezier con el fin de obtener una mejor imagen impresa.

Muchos diseñadores utilizaban esta tecnología para reproducir la tipografía clásica y otros para experimentar nuevas formas de expresión.

Como propagadora de estas ideas vanguardistas hay que destacar a la revista americana Emigre fundada en 1984 por los diseñadores Rudy VanderLans y Zuzana Licko y que si bien en sus comienzos se centro en temas generales de diseño pronto derivó hacia terrenos tipográficos en gran medida apoyada en los propios diseños de Licko.

Esta nueva estirpe de «exploradores de la letra» tiene un personaje central en el diseñador ingles Neville Brody que a través de su obra en las revistas The face y Arena constituyó un referente para la tipografía de vanguardia por la utilización expresiva que hacia de los tipos y su utilización como recurso gráfico, creando un nuevo lenguaje de imágenes fuertemente icónicas y de concepto poderoso no exentas de cierto aire tribal y primitivo.

Más tarde, en 1991, Neville Brody puso en marcha la revista Fuse que nació con la idea de convertirse en un foro de investigación tanto del lenguaje como de las posibilidades de la tipografía y en la cual se incluyen en un diskette 4 fuentes experimentales creadas por varios diseñadores acompañadas por cuatro posters de tamaño A2 en el que se muestran las aplicaciones creativas de esas tipografías así como un cartel del propio Brody que trata sobre el tema propuesto, mientras que el reverso de los posters es utilizado para discutir u ofrecer alternativos puntos de vista sobre el tema.

La utilización plena de los sistemas digitales de producción en los años 90 posibilita que cada usuario de ordenador sea un tipógrafo en potencia.

El control que los programas de software proporcionan sobre la tipografía y la utilización de programas de creación digital de fuentes (Fontographer) dio lugar a la aparición de miles de tipografías nuevas y consecuentemente a pequeñas empresas que las distribuían.

Con Emigre consolidada y lanzado algunos de los tipos que marcaron época como por ejemplo el Template Ghotic de Barry Deck en 1990, aparece FontShop International (FSI) creada por los diseñadores Neville Brody y Erick Spiekermann y que en Gran Bretaña recibió el nombre de FontWorks UK y que tuvo una gran expansión debido a su sistema de distribución de franquicias así como otras fundiciones más pequeñas como [T-26] o House Industries.

Asimismo grandes compañías como Monotype, Lynotipe o Berthold tuvieron que adaptarse a los nuevos tiempos digitales. De los creadores de esta época cabe destacar a David Carson. Sus trabajos tipográficos en las revistas Beach Culture

(1990-1991) y Ray Gun (1993-1995) así como la publicación de los libros «The end of Print» y «Second Sight» le hacen ser el diseñador más admirado, y copiado, de los años 90.

Su trabajo se articula alrededor de un uso expresivo del tipo, a veces más como un collage o pintura, que para su lectura lineal y una puesta en página de carácter dinámico con superposición de tipos, fotografías, etc.

Que combinados con efectos de velocidad, difuminado o transparencias dotan a sus obras de un marcado carácter contemporáneo y vitalista.

Y si, en la actualidad, la experimentación sigue asumiendo su papel de motor y dinamizador de la tipografía es lógico que prácticamente cada día veamos una nueva propuesta estética.

Completamente nueva o con características del pasado, los más media se encargarán de difundirla rápidamente pero qué es ¿estilo, moda, vanguardia?, sólo el tiempo nos lo dirá.

Fuente: Taller de Tipografía Avanzada de la U de Londres