El juego manera de aprender a relacionarse con los demás
Desde muy pequeño, el bebé empieza a interactuar con otros niños, pero a partir de los tres años aumenta su interés por jugar con ellos.
Sus proyectos de juego se vuelven más complejos y requieren de más participantes. Jugar a la casita, al circo, al doctor o a la maestra le permite ensayar papeles de la vida adulta y al mismo tiempo desarrollar un sinfín de capacidades. Su lenguaje se enriquece ante la necesidad de comunicarse mejor.
Ningún niño puede disfrutar de una vida social adecuada a menos que haya adquirido la habilidad de jugar con otros niños.
Esta habilidad comienza a desarrollarse en casa. Los juegos en familia resultan estimulantes para el niño durante muchos años.
Por eso, jugar con nuestro hijo es una de la actividades más importantes que podemos realizar. También una de las más divertidas.
Fuente: Guía para padres de la Consejería de Educación y Cultura del gobierno de Extremadura