El desacuerdo
El niño tiene derecho a estar en desacuerdo, a protestar y a luchar por lo que quiere
Una vez que aprenda a emplear las palabras para expresar su posición y para defenderla, no tendrá que recurrir a las lágrimas ni a los gritos.
Pero si no le permitimos expresar su frustración, su enojo y rebeldía en los primeros años, llegará a la adolescencia o a edad adulta sin haber logrado manejar esos sentimientos.
Desde pequeño tiene que aprender a resolver los desequilibrios que trae el crecimiento y la lucha por la independencia. El capítulo VII del apartado Aprender a vivir juntos (pág. 25) sugiere algunas formas de cuidar y educar la vida emocional del niño.
Fuente: Guía para padres de la Consejería de Educación y Cultura del gobierno de Extremadura