El afecto
Retirarle el afecto es una de las formas más agresivas de castigar al niño
La posibilidad de que sus padres lo dejemos de querer o lo abandonemos es angustiosa y amenazante. Decir a nuestro hijo: “No te quiero nada, vete de aquí”. O: “Ya no te soporto, te voy a regalar con el señor que recoge la basura”, le causa terror y además es un engaño pues ni lo vamos a dejar de querer ni lo vamos a abandonar.
Esta manera cruel de castigar no funciona para educar. El niño se asusta tanto que no puede pensar. El peligro de perder el cariño y el amparo de sus padres, lo hace sentir tan inseguro que en el futuro tratará de ocultar sus emociones y los deseos que a sus padres parecen inadecuados, y perderá su espontaneidad, su entusiasmo y su alegría.
Fuente: Guía para padres de la Consejería de Educación y Cultura del gobierno de Extremadura