Las amenazas
Las amenazas atemorizan al niño y son inútiles para enseñarle cómo conducirse. “Si vuelves a hacer eso, te va a ir muy mal”, “La próxima vez que contestes así, te voy a lavar la boca con jabón”. Las promesas tampoco sirven: “Prométeme que nunca volverás a comer galletas antes de la cena”.
La razón por la que es inútil decirle al niño lo que le va a pasar es que al día siguiente ya no recuerda lo que prometió o lo que no debía hacer.
Fuente: Guía para padres de la Consejería de Educación y Cultura del gobierno de Extremadura