El estudio del ilustrador
El estudio debe ser necesariamente un espacio grande, con demasiada luz, ventilado y ordenado, donde los objetos de uso frecuente se hallen a la mano.
Pero no solo el espacio de trabajo es importante para ilustrar o mejor dicho, se necesitan de otros componentes para conformar lo que llamamos el nuestro estudio.
Por supuesto, lo más importante después de conseguir una habitación, es un buen tablero de dibujo o restirador, que representa una buena inversión ya que con él se va a trabajar durante todo el tiempo. Para conseguir trabajos de total precisión hay que tener la garantía de que la superficie de trabajo es perfectamente cuadrada por todas partes. Si no puede permitirse un tablero que cuente con sistema mecánico hay que asegurarse de que tiene una regla bien colocada en el lado izquierdo, que ofrece un buen recorrido para la escuadra en T.
El tablero puede ser una unidad individual o ir colocado sobre la superficie de una mesa. Si es del primer tipo, hay que comprobar que la base se encuentre bien sólida. La altura y el ángulo del tablero deben ser graduables. Si por el contrario se utiliza una mesa como apoyo para el tablero, ésta ha de ser resistente y estable.
En cualquier caso es casi imposible trabajar sobre una superficie poco sólida.
Para disponer de una fuente cercana de luz se pueden emplear flexos que se sujetan a la mesa o el tablero de dibujo con una abrazadera. Los buenos flexos pueden ir también adosados sobre una base pesada, o colgarse en la pared, justo en lugar que se requiera para trabajar. Algunas lámparas ajustables tienen bombillas fluorescentes, otras una combinación de luz fluorescente e incandescente. Este último tipo es más adecuado para el trabajo en color que la luz incandescente pura.
Lo ideal, aunque no esencial es contar con una silla giratoria. También es de gran ayuda que la altura de la silla sea graduable, de forma que se pueda colocar en la mejor posición para cada tipo de trabajo, En términos generales, la altura debe ser aquella que nos permita mirar el trabajo desde arriba y no desde un ángulo plano.
Una caja o mesa de luz pude ser de gran utilidad en trabajos de visualización ya que ahorran tiempo a la hora de calcar imágenes de ilustraciones y fotografías, y proporcionan una mayor precisión en los pequeños detalles. También son muy útiles para ver diapositivas a color y negativos.
También necesitará un lugar para cortar, recortar y montar los trabajos, de modo que se deje espacio para una plantilla de diagramador.
Un corcho en la pared ayudará a comprobar el aspecto del trabajo en posición vertical y desde cierta distancia.
Ya que se tiene el mobiliario básico, hay que actuar de manera similar al adquirir los materiales.
He aquí una lista de materiales útiles para complementar el equipo básico para el estudio del ilustrador:
– Lápices negros suaves B y duros H de diferentes numeraciones
– Lápices azules para dibujo
– Lápices de colores
– Portaminas
– Regla de plástico transparente de 300 ó 450 mm. (30 ó 45 cm.)
– Regla de acero
– Escuadra en T
– Cartabón de 300 (30 cm.)
– Escuadra de ángulo variable
– Compás
– Plantilla para curvas
– Estilógrafos de diferentes numeraciones
– Un par de tijeras afiladas
– Un escalpelo y una cuchilla
– Borrador de plástico
– Goma de modelar
– Cinta adhesiva
– Cinta mágica
– Cinta aislante
– Tinta china negra
– Tinta china de diferentes colores
– Plumillas y puntillas de diferentes grosores
– Carboncillos
– Conté de colores
– Una selección de pinturas como gouache, pastel, acuarelas, etc.
– Una brocha ancha
– Pinceles de diferentes medidas: finos, medianos y anchos.
Desde luego cada ilustrador tendrá a la mano revistas, libros, anuncios, textos, recortes y demás materiales que le ayuden en el desarrollo de su actividad creadora dentro del campo de la ilustración.
Fuente: Apunte Taller de Ilustración Gráfica de la U de Londres