Apreciación del proceso de comunicación de diseño gráfico
El Diseño es una de las ramas del planteamiento de la producción y como tal es un proceso específicamente conceptual y racional. Este carácter racional, que superficialmente se ha atribuido a una corriente particular de la práctica del Diseño
– el racionalismo– constituye en realidad el esqueleto de toda práctica diseñística, cualesquiera que fuera la temática y la alternativa estilística adoptadas.
El Diseño Gráfico, entendido como una técnica de la comunicación visual, es una disciplina abstracta. Regula el ajuste de la forma gráfica de los mensajes a las condiciones de su comunicación concreta.
Para ello desarrolla un instrumental específico de naturaleza semiótica: el manejo de principios de comunicación visual en los que confluyen múltiples sistemas y códigos (verbales, escriturales, icónicos, artísticos, etc.).
Se independiza totalmente de los instrumentos materiales (técnicas de representación) y de toda adscripción a un sistema morfológico (estilos, estética, etc.) tanto unos como otros pasan a ocupar el lugar de los recursos variables y opcionales.
Respecto de otras modalidades de la actividad proyectual en el campo gráfico, el Diseño implica los siguientes rasgos diferenciales:
– Dominio del conjunto de dimensiones del problema (semiótico, cultural, sociológico, funcional, económico, etc.)
– Enfoque de la creatividad como capacidad de solución global y no como mera innovación formal
– Manejo de múltiples lenguajes formales y despersonalización total del estilo
– Dominio de los aspectos sistémicos de la comunicación
Aun en programas donde objetivamente es innecesario superar un nivel de complejidad mínimo, la aproximación del Diseño entendido como técnica de comunicación es clara: una mentalidad analítica del hecho comunicación al global para pautar el diseño de la pieza implicada en él difiere de una mentalidad operativa directa sobre la pieza comunicacional concreta a partir de modelos creativos de tipo artístico o decorativo.
Esta diferencia cualitativa en la modalidad operativa permite diferenciar una pieza gráfica representativa de las artes decorativas (por ejemplo, un cartel artdecó original) de una recreación de su estilo mediante el diseño.
En este último caso, el de “pastiche”, el Diseño Gráfico imita un estilo inscrito en las artes aplicadas como respuesta a un programa en el que tal parodia le resulta pertinente.
Para el diseñador, el estilo es una variable, para el ilustrador decimonónico su estilo es único método de trabajo.
En los casos de la práctica “auténtica” aquella ejercida a gráficas se trata de una verdadera estructura cultural, un modo no opcional ni variable de entender y asumir la configuración de un mensaje gráfico.
Por ser la comunicación visual el lenguaje de la visión, enmarca todas las experiencias que establecen un diálogo entre el emisor y el receptor del mensaje. En el mundo contemporáneo, dichas experiencias pueden ligarse a lo estrictamente visual en los impresos fijos. Dentro de este contexto de la comunicación visual se inserta en el Diseño Gráfico. Abarca a los objetos físicos y a los signos estéticos, participa en ambos y en ciertos sentido los une.
El término gráfico, se refiere a tratamientos, expresiones y tecnologías exclusivamente sígnicas, tipográficas, fotográficas o de impresiones bidimensionales, pero no remite a objetos de concepción espacial o tridimensional, ni a aquellos ideados en base en base a tecnologías computarizadas o audiovisuales, no necesariamente gráficas en el sentido del término.
El Diseño Gráfico reúne los componentes básicos del Diseño Industrial, puesto que su producto resultante puede ser formalmente bidimensional o tridimensional, su tipo de expresión puede ser visual-auditiva o visual- táctil, su función básica puede ser la información o el uso operacional y sus tecnologías pueden ser exclusivas del área gráfica o ajenas a ella.
Fuente: Apunte Taller de Diseño Gráfico Color de la U de Londres