Templado

Es probable que por medio del templado puedan obtenerse los aumentos más notables de la resistencia y aunque ciertas aleaciones responden en forma muy débil, otras tienen una respuesta sorprendente.

Entre las que reaccionan favorablemente al temple se encuentran en el acero y las aleaciones de aluminio. Las durezas y resistencias de ciertos aceros típicos y varias aleaciones de base de aluminio.

El templado afecta de tal modo al acero que puede perfilarse o moldearse una composición de acero suave o dulce, haciendo pasar posteriormente esa misma composición a una condición endurecida. Después de moldear el acero blando, puede endurecerse por medio de un tratamiento térmico, con el fin de mejorar sus características de servicio.

En este punto, puede resumiese en tres pasos un templado típico del acero:

1) Calentamiento a una temperatura adecuada (v.gr.: 1 550°F u 845°C).
2) Enfriamiento rápido, mediante la inmersión en agua o aceite (a las dos primeras etapas se les denomina endurecimiento).
3) Recalentamiento a una temperatura inferior a 1200°F (650°C) (el último paso se conoce corno revenido; tiene como resultado cierta pérdida de resistencia, acompañada por el desarrollo de una ductilidad apreciable).

En ciertos aspectos, los pasos para el templado de las aleaciones de aluminio son similares a los utilizados para el acero; aunque se emplean temperaturas más bajas.

El mecanismo real del endurecimiento es también diferente. El endurecimiento de las aleaciones de aluminio por medio del templado se denomina endurecimiento por envejecimiento o precipitación.

Los metales puros no ofrecen la posibilidad de lograr un mejoramiento de la resistencia por medio del templado. En las aleaciones, los átomos de distintos tamaños de los metales constituyentes pueden dispersarse por toda la estructura cristalina, formando un conjunto de partículas de tamaño y espaciamiento críticos, que tiene un efecto óptimo para bloquear los deslizamientos de dislocaciones.

En los metales puros, todos los átomos son del mismo tamaño y, por lo tanto, no existe en ellos la posibilidad que acabamos de describir.

Es probable que el templado sea el más importante de todos los métodos empleados para mejorar las propiedades mecánicas. Más adelante analizaremos detalladamente el templado.

Fuente: Apuntes de Ciencia de materiales de la UNIDEG