El estudio de casos
El objetivo fundamental del método de casos es plantear al alumnado situaciones conflictivas para que desarrollen su capacidad reflexiva, y para que sean capaces de tomar decisiones acerca de la mejor solución al problema. Los casos se prestan a la posibilidad de debates, para ello deben elegirse temas y situaciones lo suficientemente problemáticos para que den juego a posibles discusiones entre los participantes.
El caso planteado puede ser un hecho real, un proceso, un hecho ficticio, etc. Los alumnos/as tendrán que trabajar con él hasta llegar a asumirlo y comprenderlo en su totalidad. Después de trabajar con el material, los alumnos/as ofrecerán respuestas a las preguntas planteadas con anterioridad, centrándose principalmente en los aspectos relevantes del caso. El estudio de casos se utiliza normalmente para extraer ideas generales, estudiar casos particulares, aprender más sobre situaciones específicas. Y todo ello, a través de la observación y del análisis de sus propias experiencias. Esta metodología es utilizada por profesionales que poseen un conocimiento completo del tema.
El proceso a seguir para la puesta en marcha de esta actividad es el siguiente:
• Presentación de la actividad: el instructor dará la bienvenida a los estudiantes, y asignará a los mismos el caso que va a ser analizado, así como la relación de preguntas a las que tendrán que dar respuesta.
• Estudio del caso: en este paso, el individuo realizará un trabajo individual, ya que se dedicará a profundizar en el caso planteado, buscando información adicional para poder responder a las cuestiones.
• Análisis: los alumnos/as analizarán la información encontrada y estudiada, y especificarán la aplicación de su propio conocimiento en futuros casos reales. Este análisis está centrado por las preguntas que el caso incorpora.
• Discusión: el formador guía un debate que se realiza a través del foro y/o del chat y que se centra en las cuestiones planteadas por el caso.
• Evaluación de la actividad: el formador evaluará la actividad identificando los principios correctos a los que se haya llegado, es decir, que estudiará detenidamente las aportaciones que los alumnos/as realicen para observar si el conocimiento de éstos es correcto.
Los criterios de evaluación que el formador deberá tener en cuenta a la hora de evaluar son la participación del alumnado, el nivel de profundización de las ideas y la aplicabilidad de las soluciones ofrecidas.
Fuente: Guía de creación de cursos virtuales de la Universidad de Vigo