El compostaje de los excrementos humanos
Los excrementos humanos son una fuente de nutrientes como lo pueden ser las heces de caballo o de vaca.
El único problema es que, acabada de excretar, las heces humanas pueden ir cargadas de organismos patógenos.
Por eso, tanto excrementos animales como heces humanas deben ser compostados para higienizarlos.
La primera evidencia de la conexión entre determinadas infecciones y los excrementos humanos no se produjo hasta finales del siglo XVIII.
Hacia 1850, el inglés Henry Moulet ideó el water con tierra earth closet como respuesta a los water closets que disolvían con agua las heces humanas pero que, según muchos detractores de la época, eran la causa de epidemias. No les faltaba razón.
El earth closet mezclaba los excrementos humanos con tie-rra y serrín.
Por ejemplo, en 1865 la Escuela del Condado de Dorset con 83 alumnos cambió sus water closets por earth closets y no sólo ahorró el elevado coste de mantenimiento con agua, sino que se erradicaron las diarreas y malos olores que se producían en las fosas sépticas donde se vertían las aguas residuales.
En 1880 Henry Moulet intentó convencer al gobierno británico de que el earth closet era el sistema del futuro.
Desgraciadamente, pese a la dura batalla entre el sistema de water líquido y seco, a principios del siglo XX se acabó imponiendo el water closet, para el cual se adecuaron las alcantarillas.
Desgraciadamente, Henry Moulet no comprendió el proceso de compostaje de los excrementos humanos pese a su invento.
Los primeros waters composteros con dos cámaras no se desarrollaron hasta los años treinta con ingenios como el Clivus Multrum del ingeniero sueco R. Lindstrom (sin embargo, no se patentó hasta principios de los años sesenta).
Una disposición del gobierno sueco prohibiendo las fosas sépticas en los parajes naturales y que impulsaba los waters composteros hizo nacer los modelos comerciales de fibra plástica como los que conocemos hoy en día (BioLet, SunMars, Clivius, etc.).
En China hacía décadas que las heces humanas se compostaban y aprovechaban como abono.
La necesidad de evitar contaminar las aguas fue el primer objetivo que animó a los entusiastas del compostaje de excrementos humanos.
Hoy, además, se añade otra razón aún más poderosa que es evitar la contaminación causada en la fabricación y aplicación de fertilizantes químicos.
La certeza de que los nutrientes de las heces humanas compostadas podrían ahorrar hasta un 15 % de los fertilizantes sintéticos reafirma a los waters composteros como imprescindibles en la ciudad sostenible.
En nuestro país hay todavía demasiados tabúes con las heces humanas. Una de las primeras advertencias que se hace a los niños pequeños es: «caca, no toques».
Des de un punto de vista ecológico, sin embargo, diluir en agua un residuo que podemos secar fácilmente, sobretodo si se separa de la orina, es una práctica irracional.
De hecho, se está desaprovechando el potencial fertilizante del residuo de la digestión de los alimentos que nos ha dado la tierra.
Actualmente, a nivel mundial se comer-cializan varios modelos de waters secos, como BioLet, Clivius, EcoTech Carousel, Sun-Mars, Envirolet, Naturum, etc.
Todos ellos consiguen que los excrementos se composten, es decir, que sufran un proceso de degradación aeróbica en el que una suce-sión de microorganismos no solo mineraliza la materia orgánica humana, sino que pasteuriza y destruye las bacterias patógenas que excretamos al defecar.
Fuente: Manual de compostaje de la Fundación Terra.