Dimensiones sociales y económicas
La asociación y cooperación entre las naciones es esencial para el funcionamiento eficiente y equitativo de la economía mundial. El desarrollo sustentable requiere inversiones crecientes en los países en vías de desarrollo, así como un uso eficiente de los recursos financieros.
Este comentario es pertinente toda vez que durante muchos años los países en desarrollo aun cuando recibieron transferencias de fondos internacionales no pudieron controlar la corrupción y asegurar un sistema eficaz y honrado en la administración pública.
Por lo anterior, la Agenda 21 recomienda que los Estados deberán interrumpir y revertir el proteccionismo y promover una libre competencia, asegurar una política de exportaciones e importaciones que favorezcan el desarrollo sustentable, verificar que las reglamentaciones ambientales no se conviertan en instrumentos de discriminación arbitraria y favorecer esquemas de financiamiento y reducción de la deuda externa de los países en desarrollo.
La pobreza es causada por numerosos factores, por lo que no existe una solución única para afrontar el problema. Los Estados procurarán eliminar el analfabetismo, mejorar los servicios de atención médica, promoverla creación de empleos, y en general, garantizar una mejoría en las condiciones de vida de la población impulsando el desarrollo regional y la participación de las comunidades locales, ONG e indígenas.
En materia de modelos de consumo, el programa señala que los Estados deberán considerar las limitaciones ecológicas del planeta, llevar acabo una política eficiente de producción y disminuir el consumo, aplicar la legislación ambiental de manera eficiente, estimular la transferencia de tecnologías limpias y garantizar el acceso a la información, la educación y la sensibilización pública.
Respecto a la dinámica demográfica y la sustentabilidad, los Estados promoverán programas de planeación familiar y de salud dirigidos, especialmente, a la atención de los niños y para la erradicación de la pobreza.
Por cuanto hace a la salud humana, establece que se deberán reforzar las campañas de vacunación y el control de enfermedades como el SIDA, dar preferencia a los programas de educación y prevención de enfermedades; ejecutar medidas de saneamiento básico para los niños, aprovechar los conocimientos tradicionales en la materia y controlar la distribución y uso de plaguicidas para reducir a niveles mínimos los riesgos para la salud.
La urbanización forma parte del proceso de desarrollo, sin embargo, en un creciente número de ciudades se observan síntomas de la crisis global del ambiente, por lo que los Estados deberán favorecer asentamientos humanos sustentables dotados de servicios básicos de saneamiento, agua potable y de recolección de basura; apoyar programas de acción de tecnologías eficientes, tales como las energías solar hidrológica, eólica; diseñar estrategias en materia de transporte público y estimular la creación de microempresas. También se prevé que los gobiernos alienten el establecimiento de ciudades intermedias en las que se apoyen los programas de empleo y de vivienda.
Por último en esta sección establece que los gobiernos deberán realizar un gran esfuerzo para integrar las políticas económicas y las de protección del ambiente, desarrollar esquemas de evaluación de los recursos naturales y de los servicios que estos prestan al desarrollo, asimismo los Estados deberían invertir en la educación, la capacitación, la ciencia y la tecnología.