Ligamentos accesorios de las articulaciones intervertebrales
Los ligamentos amarillos son unos tejidos anchos, elásticos y de color amarillo claro que unen las láminas de los arcos vertebrales de dos vértebras adyacentes. Se extienden de forma casi vertical desde la lámina superior a la lámina inferior, encontrándose y mezclándose con los del lado contrario en la línea media, formando así la pared posterior del foramen vertebral.
Los ligamentos son más largos, delgados y anchos en la zona cervical y su grosor va aumentando en dirección caudal, siendo los más gruesos los lumbares. Su función es la de mantener la separación entre las láminas deteniendo flexiones bruscas evitando dañas así los discos IV y preservar la curvatura de la columna vertebral y su retorno a la posición inicial gracias a su elasticidad.
Los ligamentos interespinosos son débiles y casi membranosos y unen las apófisis espinosas contiguas desde la base. Los ligamentos supraespinosos son fibrosos y fuertes y conectan, como un cordón, desde la apófisis espinosa de C7 al sacro.
El ligamento nucal es un ligamento fuerte y ancho de la nuca. Está compuesto de un tejido fibroelástico grueso que se extiende desde la protuberancia occipital externa y el borde posterior del foramen magno hasta la parte superior del ligamento supraespinoso. Debido al pequeño tamaño de las apófisis espinosas C3-C5, el ligamento nucal sirve de inserción muscular.
Los ligamentos intertransversos son unas fibras esparcidas por la región cervical, unas cuerdas fibrosas en la torácica y unas fibras delgadas y membranosas en la lumbar que conectan las apófisis espinosas adyacentes.