Fernando II el Católico
Fernando II el Católico (1452-1516), rey de Aragón (1479-1516) y, con el nombre de Fernando V, rey consorte de Castilla (1474-1516); esposo de la reina Isabel I de Castilla, por cuyo reinado conjunto sobre las dos coronas son más conocidos ambos como los Reyes Católicos.
Acceso a los tronos aragonés y castellano
Nacido en Sos (en la actualidad, Sos del Rey Católico, en Zaragoza), el 10 de mayo de 1452, hijo del rey de la Corona de Aragón Juan II, a quien sucedió, y de Juana Enríquez; fue el prototipo de político renacentista, inspiró la principal obra de Nicolás Maquiavelo (El príncipe) y supo combinar diplomacia y eficacia militar.
Con su madre resistió el asedio del ejército de la Generalitat durante la Guerra Civil catalana (1462-1472), conocida también como primera guerra de los Remensas. Fue nombrado gobernador general de Aragón y Cataluña en 1466 y, dos años más tarde, corregente de Sicilia. Su matrimonio con la princesa Isabel de Castilla, hermana de Enrique IV, contraído en 1469, marcó decisivamente su trayectoria y proyectó su figura hacia la política de Castilla, luchando eficazmente contra las pretensiones al trono de Juana la Beltraneja.
Reinado en aragón
La guerra de Sucesión castellana se cerró con el Tratado de Alcáçovas (1479), al que contribuyó Fernando II, doblegando a la nobleza y afirmando la autoridad de la monarquía. A la muerte de su padre, y gracias a su boda, se produjo la unión dinástica de la Corona de Aragón con la de Castilla, unión que respetó las leyes e instituciones propias de cada reino. Como rey de Aragón, desarrolló una política reformista de las instituciones, introdujo la insaculación (sorteo) en la elección de cargos y aplicó medidas proteccionistas al comercio y a la industria que estimularon la economía. Asimismo, gobernó la Corona de Aragón prescindiendo de la convocatoria de las Cortes.
Reinado en castilla
El 2 de enero de 1492 se completaba la definitiva reconquista del último bastión musulmán, en lo que habría de convertirse en España, a manos de los reyes cristianos Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón, conocidos como los Reyes Católicos.
En esta serie de mapas pueden seguirse las principales fases de la Reconquista, que se prolongó desde el 718 hasta 1492. Durante aquel extenso periodo, los territorios de la península Ibérica controlados por los musulmanes desde comienzos del siglo VIII fueron paulatinamente recuperados por los diversos reinos cristianos surgidos de forma simultánea al propio proceso reconquistador.
Un verdadero reparto del mundo recién descubierto y del mundo todavía por descubrir. En eso consistió el Tratado firmado por los Reyes Católicos de Castilla y Aragón y el rey portugués, Juan II, en 1494. Aquí podemos ver la reproducción de la primera página del mismo, cuyo texto completo se conserva en el Archivo General de Indias (Sevilla, España).
El mapa muestra la línea de demarcación acordada mediante el Tratado de Tordesillas, firmado el 7 de junio de 1494 y ratificado, de un lado, por los Reyes Católicos Isabel de Castilla y Fernando de Aragón el 2 de julio de 1494, y, de otro, por el rey portugués Juan II el 5 de septiembre del mismo año.
La foto muestra diversas monedas acuñadas en la época del reinado de los Reyes Católicos (cuyas respectivas efigies podemos observar en tres de ellas), hacia finales del siglo XV, que recibieron el nombre de excelentes y en la actualidad se encuentran depositadas en la Casa de la Moneda (Madrid, España).
Como rey de Castilla, su acción se vio favorecida por el peso demográfico y económico de esa Corona dentro del conjunto peninsular, lo que estimuló el éxito de la política exterior. En 1492, puso punto y final, junto a su esposa, la reina Isabel I, a la toma del reino musulmán de Granada, con la que se daba por terminada la Reconquista. Entre 1484 y 1496, las islas Canarias fueron conquistadas y colonizadas, pero la empresa que abrió las perspectivas más halagüeñas a la Corona castellana fue el descubrimiento de América por Cristóbal Colón: la expansión territorial de Castilla estaba asegurada.
Los monarcas, conocidos por sus acciones a favor de la fe católica como los Reyes Católicos (título otorgado por el papa Alejandro VI, en 1496), eran copartícipes de sus realizaciones y es difícil discernir qué participación tuvo cada uno en los diversos logros de su política interior y exterior, pero parece ser que el papel de Fernando fue destacado. Uno de los principales problemas de política interior era la cuestión religiosa: para controlar la fe de los conversos se creó la Inquisición (1478). La población musulmana optó mayoritariamente por la conversión (1502) —moriscos— y únicamente unos pocos fueron expulsados. Fernando II e Isabel I intentaron perfeccionar las instituciones políticas y fortalecer la monarquía.
Rey y regente
En este óleo, Testamento de Isabel la Católica (Museo del Prado, Madrid), obra de Eduardo Rosales, el autor dispuso a los principales personajes de la corte de los Reyes Católicos: Isabel I (agonizante), Fernando II, el cardenal Cisneros (sentado a la derecha) y Beatriz Galindo (vestida de negro).
Su política matrimonial de alianzas con Portugal, Inglaterra y la Casa de Habsburgo dio frutos positivos. El Rey había asumido la Corona castellana tras la muerte de Isabel (1504), pero tuvo que retirarse a causa de la poca aceptación por parte de la nobleza castellana y cederla a su hija Juana. Durante esta etapa, Navarra se incorporó a la Corona de Castilla (1515), se conquistaron algunas plazas del norte de África —Orán y Bujía— y se obtuvo la sumisión del rey de Argel.
La precoz muerte del hijo de este matrimonio y el nombramiento de su nieto Carlos (el futuro Carlos I y emperador Carlos V) como gobernador general de sus reinos hizo que, a su muerte (que tuvo lugar en la localidad cacereña de Madrigalejo, el 25 de enero de 1516), se consolidara la unión dinástica entre las coronas de Castilla y Aragón.