Tartessos

Tartessos, denominación que recibe un reino de fabulosas riquezas que, al parecer, existió en el suroeste de la península Ibérica durante la primera mitad del I milenio a.C.

Las primeras noticias que a él se refieren se remontan a fuentes griegas y romanas, tales como las de los escritores Estesícoro, Éforo, Esteban de Bizancio, Heródoto, Plinio y Rufo Festo Avieno en su obra Ora maritima. Arqueológicamente se hace muy difícil su constatación, ya que no ha dejado restos de importancia que identifiquen claramente ni su territorio ni si tuvo una ciudad rectora del mismo, teoría que el arqueólogo Adolf Schulten (1870-1960) defendió y que se ha buscado en Sevilla, Huelva y Cádiz, especialmente en la desembocadura de los ríos. Ahora bien, los hallazgos de numerosísimos objetos, como los tesoros de La Aliseda y Carambolo, en necrópolis y poblados que van siendo constantemente descubiertos y excavados, confirman día a día la existencia de una cultura denominada tartésica en alusión a las fuentes clásicas.

Según la leyenda transmitida por esas fuentes, la cultura tartésica se extendía por el bajo Guadalquivir y bajo Guadiana. Tuvo numerosos reyes: Gerión, ser de tres cabezas que luchó con Hércules; su nieto Norax, que llegó hasta Cerdeña; Gárgoris, descubridor de la miel y fundador de otra dinastía; su hijo adoptivo Habis, legislador y descubridor de la agricultura; Argantonio, el que más visos de historicidad posee y cuya fama se debe a que durante su longeva vida (segunda mitad siglo VII a.C.-primera mitad del siglo VI a.C.), viajó hasta allí el navegante Kolaios de Samos, el cual a su vuelta a Grecia dio a conocer las fabulosas riquezas de la zona, inaugurando así una breve pero próspera época de relación comercial entre los griegos de Fócida y los tartesios.

Lo que hoy sabemos al margen de la leyenda es que los tartesios explotaron las minas circundantes de cobre y plata, controlando el estaño del noroeste peninsular, minerales todos ellos demandados por los comerciantes fenicios establecidos en las costas y, más adelante, por los griegos en una dura competencia. Será el apoyo tartesio a los helenos el causante de su ruina, ya que se deja de tener noticias suyas alrededor del 500 a.C., víctimas del expansionismo cartaginés, aunque también se ha apuntado como causa la competencia de los griegos de Massalia (la actual Marsella) en las rutas del estaño occidental. Los pueblos turdetanos recogieron su herencia.