Equipos de respiración autónoma
Son los equipos de protección respiratoria más adecuados para el trabajo de los Bomberos ya que su vida dependerá directamente, en cada intervención, de una correcta utilización y de las medidas de seguridad que deben adoptarse en cada momento.
Pueden ser de:
– circuito abierto
Funcionan expulsando a la atmósfera el aire exhalado por el usuario.
Hay dos tipos diferentes:
–A demanda. En cada inhalación, se provoca una presión en el interior de la mascarilla que es negativa respecto a la presión exterior por lo que entra aire cuando se inspira de forma que el regulador proporciona el aire en el momento de la inhalación, cortándose el paso del mismo al finalizar esta Su mayor problema es que un mal ajuste de la mascarilla (por una colocación defectuosa o por recibir un golpe) puede provocar la entrada de contaminante y causar lesiones graves o la muerte.
–De presión positiva. Funcionan de forma que la presión en el interior de la mascarilla siempre es positiva respecto a la presión exterior.
Son los más recomendables para los Bomberos ya que se produce una sobrepresión que impedirá la entrada de contaminante aunque la mascarilla esté mal ajustada.
Además, obligan a un menor esfuerzo inspiratorio y por lo tanto provocan menor cansancio que los equipos a demanda.
– circuito cerrado.
Son aquellos que funcionan sin expulsar a la atmósfera el aire exhalado por el usuario. esto se consigue con un sistema que trata el aire exhalado por medios químicos para eliminar el anhídrido carbónico haciendolo respirable con la aportación de oxígeno puro.
Aunque presentan una mayor autonomía que los equipos de circuito abierto, su mayor coste de adquisición y mantenimiento y los problemas que plantea su uso en las intervenciones hacen que su uso se limite a situaciones muy específicas y puntuales.
Fuente: Manual S.E.P.E.I. de Bomberos, Publicaciones de la Diputación de Albacete