Grietas y fisuras por las inundaciones
Las grietas son aberturas longitudinales que, por regla general, afectan a un elemento constructivo en todo su espesor.
Las fisuras, también llamadas grietas en lenguaje no técnico y a veces no diferenciables a simple vista, son también aberturas longitudinales que afectan a un elemento constructivo, pero se diferencian de aquellas en que sólo afectan a su superficie o a su acabado superficial sin atravesar todo el elemento.
Aunque, en ocasiones, las fisuras son un paso previo para la formación de grietas, en general son lesiones cuyo origen y evolución son totalmente distintos a los de aquellas (excepto en los elementos de hormigón armado en los que las fisuras tiene origen y evolución similares a los de las grietas).
Todos los edificios tienen más o menos grietas que pueden deberse a multitud de causas y que no siempre indican peligro.
Es importante, cuando se analizan unas grietas, no dejarse llevar por el nerviosismo para evitar provocar pánicos injustificados y gastos innecesarios.
Pero, a la vez, una excesiva confianza o una falta de decisión puede poner en peligro a mucha gente.
Suele ser frecuente la aparición de grietas, de forma más o menos alarmante, por la carencia de las juntas de dilatación necesarias o por su disposición errónea.
Igualmente, pueden aparecer grietas en elementos formados por distintos materiales que tengan diferente coeficiente de dilatación.
En estos casos no hay ningún peligro para la estabilidad del edificio ya que se trata de movimientos normales debidos a las diferencias de temperatura.
Para analizar las grietas, en primer lugar, debe comprobarse si están activas. Puede haber grietas muertas que son restos de episodios anteriores en un edificio que se estabilizó después.
Normalmente, las grietas muertas se distinguen porque presentan su interior y sus bordes oscurecidos (no con el color del material recién abierto).
En segundo lugar debe buscarse otros signos que, además de las grietas, den alguna pista sobre qué está pasando realmente.
En principio, las grietas que pueden ser peligrosas para la estabilidad del edificio son las que aparecen en elementos estructurales.
No obstante, no siempre están a la vista por lo que, en muchas ocasiones, la aparición de grietas en los muros de cerramiento o en los tabiques de separación, aunque no son elementos estructurales, pueden indicarnos la existencia de movimientos en la estructura.
Finalmente, hay que buscar las causas. Si las grietas se producen por efecto de un exceso de carga o por asientos de la construcción pueden ser un indicativo de riesgo grave de hundimiento.
Fuente: Manual S.E.P.E.I. de Bomberos, Publicaciones de la Diputación de Albacete