Movimientos de rocas y tierras
Los movimientos del terreno ocurren cuando masas, más o menos grandes, de tierras o de rocas caen ladera abajo.
Según el tipo de terreno, hay zonas en donde estos movimientos se vienen produciendo desde tiempos prehistóricos.
En otros casos, esos movimientos son activados por terremotos, lluvias, rayos, fuegos forestales, actividades volcánicas y por actividades humanas que modifican el terreno.
En general, la causa de las caídas de rocas estriba en la existencia de laderas integradas por una alternancia irregular de capas de distinta naturaleza y resistencia.
La labor diferencial de la erosión, elimina los materiales más blandos mientras que se mantienen los más duros y compactos.
Este proceso provoca que se vaya perdiendo el terreno donde apoyan las capas más resistentes, creándose numerosas cuevas u oquedades que las dejan en voladizo hasta que su peso no es soportado y, tras la aparición de grietas y fracturas características, se produce el desplome de sectores y bloques de diferente tamaño, acompañado de fenómenos de arrastre.
En este proceso juegan papeles fundamentales, la acción mecánica de la lluvia y del hielo, la de las raíces de las plantas y la del viento o el drenaje de aguas subterráneas, pequeños movimientos sísmicos y la actividad humana que modifica el terreno con distintas obras.
Con este origen general, encontramos tres procesos o situaciones básicas:
a) Voladizos de bancos duros con un horadamiento constante de sus bases de apoyo formadas por materiales más blandos.
b) Presencia de bloques colgados con claros planos de rotura.
c) Bloques sueltos producto de la meteorización de otras rocas o bien de anteriores desprendimientos que mantienen situaciones de inestabilidad que pueden provocar su caída por las laderas.
Los desprendimientos de rocas y piedras de las laderas son frecuentes y peligrosos en determinados municipios de nuestra provincia, sobre todo, en Alcalá del Júcar, Jorquera (Cubas) y Ayna, afectando también a otros municipios como Bogarra, Molinicos, Villar de Ves.
El caso más grave ocurrido en nuestra provincia se registró en 1946, cuando un desprendimiento en el paraje de El Puntal de Alcalá del Júcar destruyó cuevas y viviendas de la parte alta de la población ocasionando la muerte a 13 personas y enterrando infinidad de animales domésticos.
Los corrimientos de tierra pueden manifestarse debido a la composición del terreno (arcillas expansivas,) o por situaciones externas que posibilitan alteraciones de las condiciones normales, casos de obras de excavación, fenómenos de inundación, etc.
También las zonas de sistemas de ramblas, en condiciones apropiadas, son geomorfológicamente muy activas, provocando un excavado lineal de los cursos por donde discurren, con un socavamiento en sus riberas y un gran desmantelamiento de suelos que provocarán deslizamientos y fragmentaciones en las pendientes y sedimentación de los arrastres en sectores llanos y bajos.
Las avalanchas de lodo son ríos de rocas, tierra y otros elementos (troncos de árboles, matorrales,) saturados de agua.
Se desarrollan cuando el agua se acumula rápidamente en el terreno (como lluvias o nevadas derretidas) y cambia la tierra en un flujo de lodo que se desliza cuesta abajo a gran velocidad y arrastrando cuanto encuentra a su paso y con plazos de aviso muy cortos o, incluso, sin aviso previo.
En determinados tipos de terreno (como los calizos), el agua subterránea disuelve las zonas más vulnerables formando cuevas que van creciendo de tamaño hasta provocar el colapso de la superficie por falta de apoyo. En junio de 1993, un socavón de 40 m de anchura y 10 m de profundidad en el aparcamiento de un hotel de Atlanta provocó dos muertos y engulló numerosos automóviles.
Los movimientos del terreno pueden interrumpir carreteras y ferrocarriles y provocar daños asociados como rotura de instalaciones eléctricas, de agua, de gas y alcantarillado.
Fuente: Manual S.E.P.E.I. de Bomberos, Publicaciones de la Diputación de Albacete