Retenes

Aunque un incendio de vegetación haya quedado sofocado, siempre quedarán en la zona quemada árboles caídos, tocones, brasas, raíces, mantillo, etc., todavía en combustión y calientes.

En cualquier momento, el viento puede reavivar las llamas y reproducir el fuego en varios focos. Si el personal que ha intervenido en las operaciones se ha retirado, el incendio se reproducirá sin control.

Para evitarlo, es necesario que después del incendio se organice un retén de personas que deben permanecer en la zona durante muchas horas y, a veces, incluso días.

Este retén no debe estar descansando sino que deben recorrer todo el perímetro de la superficie quemada, primero, y su interior después, enfriando con agua o tapando con tierra los materiales en ignición o aún calientes.

Si no se dispone de agua ni de tierra deberán esperar hasta que el fuego consuma las brasas, esparciéndolas, para acortar este plazo, hacia el interior de la zona quemada.

Además, y si es posible al mismo tiempo, que recorrerán el terreno contiguo al contorno de la zona quemada, explorando la existencia de focos latentes que hayan podido formar las pavesas transportadas por el viento.

Fuente: Manual S.E.P.E.I. de Bomberos, Publicaciones de la Diputación de Albacete