Organización de la intervención
Medidas previas.
– Comprobar si existen líneas eléctricas en la zona, sobre todo las de alta tensión y solicitar a la Central que pida su desconexión a la Compañía que corresponda. En todo caso, y aunque comuniquen que ya está desconectada es preferible no fiarse y avisar a todo el personal de que nunca debe dirigir el chorro de agua a los cables.
– Inspeccionar el terreno para ver si existen cortafuegos o franjas preparadas antes del incendio, en las que se han hecho desaparecer todos o la mayor parte de los materiales inflamables con el fin de detener la propagación de incendios pequeños o de servir como línea base para iniciar el ataque al fuego.
Otras barreras naturales o artificiales existentes en la zona, si están desnudas de material combustible, pueden tener la misma función si reúnen las características adecuadas para oponerse a la propagación del incendio.
– Si hay personal suficiente, conviene que uno de los componentes de la dotación actúe como vigía que avise de la aparición de focos secundarios y que pueda informar sobre la evolución del fuego sobre el riesgo de troncos y piedras que puedan rodar ladera abajo.
Plan de ataque.
– Cuando haya varios focos, se atacará en primer lugar al que mayor peligro suponga en cuanto a la propagación a zonas donde pueda causar mayores daños. Si están próximos entre sí, se deberá intentar confinarlos en un solo contorno.
– Cuando no haya personal suficiente para las dimensiones del incendio, se empezará la extinción en la zona donde se considere que la actuación será más eficaz, hasta que lleguen refuerzos.
– No situarse nunca frente a fuegos ascendentes ni de cara al frente, ya que en ambos casos el calor va a ocasionar fatiga y sed y temperaturas elevadas y el humo puede acarrear dificultades respiratorias, irritación en ojos y mucosas y falta de visibilidad.
– Siempre que sea posible, es preferible el ataque por el flanco. Consiste en dirigir los trabajos de extinción a lo largo de los flancos del fuego, simultánea o alternativamente, desde un punto de apoyo de menor actividad hacia el frente del fuego, hasta envolver el borde del fuego para dominarlo y extinguirlo.
– Se deben aprovechar al máximo los momentos en que los aviones lanzan su carga de agua sobre el fuego para lograr la extinción total de aquellas partes del frente de fuego en donde las llamas hayan disminuido por el efecto del lanzamiento.
– Cuando el avión arroja agua sobre un lugar donde no se sospecha que haya fuego, se debe considerar que puede existir en ese lugar un frente de fuego de mayor peligro que el que se está combatiendo.
– Tener siempre presente que la Dirección Técnica de la extinción, tras un reconocimiento de la zona incendiada y de las áreas amenazadas, puede decidir la preparación de una faja de apoyo, como línea de base para atacar el fuego cuando llegue.
Para ello, se eliminará la cubierta vegetal y se removerá el terreno hasta hacer desaparecer los materiales combustibles.
Precauciones básicas.
– Situarse en lugares abiertos y, siempre, tener prevista una salida para escapar en caso de peligro.
– Asegurarse de mantener el contacto visual y acústico con los demás componentes de la dotación.
– No buscar nunca la huida ladera arriba.
– Redoblar la vigilancia cuando sopla fuerte viento o cambia de sentido y cuando se producen focos secundarios que amenazan con envolvernos.
– Al aparecer un avión en la zona del incendio todas las personas deberán retirarse de aquellos sitios donde se disponga a echar agua el aparato. Si ello no fuera posible, es necesario protegerse detrás de rocas o árboles gruesos, en el lado opuesto de aquel por donde viene el avión.
– No trabajar más de doce horas seguidas en la extinción de un incendio forestal. Pasado ese plazo es necesario pedir el relevo.
Fuente: Manual S.E.P.E.I. de Bomberos, Publicaciones de la Diputación
de Albacete