Equipamiento específico
Equipo personal
Ropa de trabajo: Es importante que cubra los brazos y el cuello para evitar el riesgo de heridas y quemaduras en esas zonas del cuerpo.
Guantes: Imprescindibles para proteger las manos de múltiples agresiones (heridas, golpes, quemaduras, ampollas, etc.).
Calzado: El uso de un calzado adecuado es primordial para protegernos y asegurarnos sobre el terreno.
Las botas deben ser de cuero, suficientemente altas para proteger el tobillo, con suela antideslizante y con plantilla de absorción de energía y temperatura para absorber los impactos del choque del pie con el suelo y así limitar la acción de la sobrecarga y de la temperatura.
El mejor complemento para las botas, es llevar calcetines de algodón, que absorben mejor el sudor, no recalientan tanto el pie y lo mantienen seco, ya que la excesiva sudoración provoca humedad que hace ablandarse la piel y favorece la aparición de ampollas.
Casco o gorra: Aunque se aconseja el uso de casco, es comprensible que su uso resulte imposible en días de intenso calor.
En todo caso, debe llevarse, como mínimo una gorra que, aunque no protege de traumatismos craneales, ayuda a prevenir quemaduras, pequeñas heridas y la insolación causada por la acción directa del sol después de una larga exposición.
Gafas de protección: Al menos, el personal que se enfrenta directamente al fuego debe usar gafas para evitar lesiones en los ojos como irritaciones oculares, conjuntivitis, heridas penetrantes en la cornea, contusiones y traumatismos, quemaduras, enclavamiento de cuerpos extraños, etc.
Mascarilla forestal: Aunque el uso de los equipos de protección respiratoria es la única y mejor protección total contra la intoxicación por cualquier tipo de gases, es evidente que en un incendio de vegetación su uso resulta, en estos momentos, técnicamente inviable y poco operativo.
En su lugar, es frecuente utilizar estas mascarillas, pero debe tenerse en cuenta que solo protegen contra partículas sólidas y líquidas, pero NO protegen contra humos ni gases que son la causa de muchos de los dolores de cabeza, mareos y sensación de nauseas y vómitos, que a menudo se padecen en estos siniestros.
Herramientass.
Hachas: En su manejo se deben guardar las siguientes precauciones:
– Deben transportarse cogidas por el mango junto a la hoja cortante, nunca al hombro.
– Cuando se camine con ella en la mano, guardar una separación mínima de dos metros.
-Cuando se trabaje con ella, guardar una separación mínima de tres metros.
– Dejarlas siempre en sitio visible y con el filo hacia abajo. Motosierras: Es recomendable trabajar en equipos de dos personas de forma que, mientras uno corta, el otro retira el material combustible donde convenga. Además conviene que se turnen cada treinta minutos en el empleo de la máquina para disminuir la fatiga.
Palas:
Cuando no puede proyectarse agua, se suele utilizar para echar tierra sobre la base de las llamas y para limpiar el terreno formado una línea de defensa.
Picos y azadas: Para remover la tierra.
Batefuegos: Herramientas con forma de remo de mango largo en el que la parte correspondiente a la pala es de goma.
A falta de otros medios, pueden sustituirse por ramas verdes cortadas a este efecto. Con los batefuegos se dan golpes secos contra la base de las llamas, reteniendo momentáneamente el batefuego sobre el suelo para sofocarlo.
El golpe debe dirigirse hacia la superficie quemada para que caigan en ella las pavesas que salten.
Fuente: Manual S.E.P.E.I. de Bomberos, Publicaciones de la Diputación de Albacete