Anhídrido carbónico (CO2)
Es un Agente extintor gaseoso, que a temperaturas normales posee una densidad de vapor de 1’5, es decir que es alrededor de un 50% mas pesado que el aire.
Es fácilmente licuable mediante compresión y enfriamiento, por lo que se almacena en fase líquida para abaratar los costes en las instalaciones.
Es incoloro e inodoro, no es tóxico, pero no es respirable, por lo que puede provocar la muerte por asfixia, al desplazar el oxígeno.
Es incomburente, de tal modo que sustituido en un 30% del volumen de aire por CO2, la atmósfera resultante no permite la combustión (estos datos son aproximados y dependen de diveros factores).
Se solidifica parcialmente al ser proyectado (1/3 del CO2 liberado aproximadamente), formando una especie de “copos”, gasificándose las 2/3 partes restantes del CO2 liberado, formando la atmósfera incomburente.
Recibe varias denominaciones: CO2- Anhídrido Carbónico- Dióxido de Carbono- Nieve Carbónica.
– Métodos de extinción: Extingue principalmente por sofocación, desplazando el oxígeno, y en menor medida por enfriamiento.
– Eficacia:
Es aceptable, para tratar fuegos de la Clase A, si bien, puede considerarse adecuado en fuegos poco profundos (profundidad inferior a 6 mm) Es ACEPTABLE para la extinción de fuegos de Clase B.
Es muy apropiado para extinguir incendios en presencia de tensión eléctrica , y por ser un agente muy “limpio”, es muy recomendado para tratar incendios en aparatos eléctricos o electrónicos de cierta complejidad.
Debe tenerse en cuenta que pierde efectividad cuando se usa al aire libre, sobre todo si existen corrientes de aire que puedan dispersar el agente.
– Limitaciones:
No es adecuado para fuegos de la Clase C.
No es adecuado para fuegos de la Clase D, siendo incluso hasta peligroso su utilización, ya que estos productos pueden descomponer el Agente Extintor, “alimentando” el incendio con Carbono y Oxígeno.
– Medios de aplicación:
Extintores portátiles, los cuales son característicos, pues son los únicos que no poseen manómetro de comprobación y su carga se mide al peso, así como su boquilla en forma de cilindro o cono invertido que posibilita su utilización.
Sistemas fijos, para aplicaciones localizadas. Sistemas automáticos, de inundación total o parcial y para inertización de ambientes peligrosos. En estos casos se prevé un sistema de alarma y un tiempo para posibilitar la evacuación del lugar antes de la descarga del Agente.
Fuente: Manual S.E.P.E.I. de Bomberos, Publicaciones de la Diputación de Albacete