Comportamiento de las estructuras de madera
Al contrario que los materiales vistos hasta ahora, la madera arde, pero puede proporcionar una seguridad razonable durante un incendio en función de su densidad, contenido de humedad y sección del elemento que se trate.
La capacidad de resistir las cargas dependerá del área de la sección transversal que no resulte afectada. Más allá de la zona carbonizada y hasta un punto inferior a 6 mm. de profundidad, las propiedades estructurales de la madera pueden verse afectadas por su exposición a las altas temperaturas.
El grado de pérdida de resistencia que se produce en esta pequeña zona adyacente al área carbonizada no se conoce exactamente pero se supone insignificante.
En un fuego, la humedad (que puede alcanzar del 10 al 20% del peso material deseado) se mueve por las capas superficiales de la madera. Se dan pequeñas alteraciones de índole química hasta que la temperatura alcanza los 270 ó 290ºC, que es cuando empieza a descomponerse la parte externa del elemento y los gases liberados se inflaman.
Este proceso de combustión continua mientras dura el foco productor del calor. Sin éste, la energía calorífica radiada hacia la madera por sus propias llamas, no es suficiente para mantener el proceso de descomposición.
Tras la acción continuada de las llamas se produce una capa de carbón. Esta pro- tege al corazón de la madera de los efectos del fuego.
El carbón así producido es mejor aislante que la propia madera, pero de nulas propiedades resistentes.
Perderemos, pues, sección útil en el elemento quemado. Hasta 500ºC la zona carbonizada se mantiene inalterada, iniciándose entonces una combustión que termina cuando todo el carbón se ha consumido.
Una pequeña fase de la combustión se ha verificado y si las condiciones ambientales siguen siendo las mismas, el proceso continua en el resto de la madera.
El proceso de carbonización descrito se produce a razón de 0,5 mm/minuto, si bien se acelera en maderas de baja densidad y se retarda en maderas de alta densidad.
Así pues, puede decirse que la resistencia de un elemento de madera expuesto durante un período prolongado a un fuego intenso puede quedar reducida por la pérdida de sección lo que a vez puede producir la deformación correspondiente bajo una carga dada.
Fuente: Manual S.E.P.E.I. de Bomberos, Publicaciones de la Diputación de Albacete