Fase de alerta

Cuando una población determinada recibe una alerta de situación de emergencia, puede reaccionar de tres maneras diferentes:

1) Con una actitud positiva de colaboración, vigilancia y autodefensa. El grado de preparación previa de la población, su experiencia en situaciones similares anteriores y la forma correcta de transmitir la alerta son factores determinantes que favorecen esta forma de comportamiento.

En cada zona expuesta a un riesgo determinado, sus habitantes han creado mecanismos de respuesta que pueden ser de carácter cultural, psicológico o técnico y que influyen en la reducción de los daños.

La gravedad de las consecuencias de la catástrofe es mayor cuando la sociedad carece de estos mecanismos.

2) Con actitudes del tipo de “eso no puede pasarme a mí”, negandose a creer las informaciones sobre el peligro inminente y a tomar las precauciones y seguir las instrucciones que se les recomiendan.

Por ejemplo, es frecuente encontrarse con personas que se niegan rotundamente a abandonar su vivienda amenazada por una inundación o por un incendio forestal.

3) Con reacciones de pánico provocadas, en muchos casos, por la difusión alarmista de informaciones contradictorias o deformadas. Puede provocar injustificadas evacuaciones masivas espontáneas y desorganizadas que pueden ser más peligrosas que el riesgo del que se alerta.

Fuente: Manual S.E.P.E.I. de Bomberos, Publicaciones de la Diputación de Albacete