El renacimiento: resurgir de la estética

En esta etapa de la Edad Media, la sensibilidad por el arte, la filosofía y la cultura en general, adquieren en el Renacimiento una importancia clave. Es el momento de florecimiento del arte italiana, de los mecenas, de la concepción filosófica del hombre como “hombre-total”, sin especializaciones. Se considera que Italia fue la cuna de la moda y la belleza que la importaba al resto de Europa. En el siglo XVI los monjes de Santa María Novella, en Florencia son el primer gran laboratorio de productos cosméticos y medicinales.

El ideal de mujer renacentista consistía en tener el cuerpo de formas curvadas, la frente alta y despejada sin apenas cejas y la piel blanquecina. En el siglo XVI Catalina de Médicis, que dedicó gran parte de su tiempo al estudio de ungüentos y mezcla de cremas, al convertirse en reina, propulso el arte de la perfumería en Florencia. Y una de sus mejores amigas fue quien instaló en Paris el primer Instituto de Belleza.

Catalina de Médicis

Siglo XX: la liberación y estética integral 

La expansión de las revistas femeninas cambia la forma de mirar el cuerpo. La mujer de la primera mitad de siglo XX lucha por sus derechos cívicos y políticos. Dejan de importarle los cánones de belleza que dictan los hombres. La figura femenina tiene como ideal un vientre plano, pechos pequeños y hombros masculinos. Un cuerpo andrógino y ambiguo. En el siglo XX, los acontecimientos históricos, de una parte, y la evolución científica, de la otra, han marcado los sucesivos cambios estéticos de la mujer. Fue tan solo a principios del siglo XX cuando las mujeres llevaban anchos y largos vestidos y, sin embargo esa moda nos parece tan lejana.

Además, los conocimientos técnicos son, hoy por hoy, imprescindibles en los institutos de belleza, puesto que resultan fundamentales para la aplicación de todo tipo de tratamientos. La inmensa mayoría de los tratamientos efectuados en un instituto de belleza requiere la estrecha colaboración de la cosmetóloga con los procedimientos científicos. Desde la limpieza de cutis con aplicaciones de rayos ultravioletas o vapores de ozono, la incorporación del rayo láser para muchos tratamientos, o los tratamientos anticelulíticos con alta tecnología, vemos como en la estética actual y prácticamente en todos los terrenos se hace imprescindible la aplicación de técnicas científicas de primer orden. Nellys Gil de Zavala

Fuente: Basado en el manual de estética y cosmetología de Nellys Gil de Zalaya