Magnitud de la catástrofe

La magnitud de un siniestro o catástrofe vendrá determinada por tres condiciones:

Amplitud: Tendrá un tratamiento totalmente diferente un problema limitado a un ámbito territorial reducido, en el que podremos concentrar todos los recursos de que disponemos, que otro problema que afecte a una amplitud geográfica muy extensa (que suele caracterizar a la mayoría de los causados por fenómenos naturales).

En este último caso, los medios serán escasos y su actuación dependerá en gran medida de la distribución territorial de los Parques, de las vías de penetración, etc.

Complejidad: La importancia o no de un siniestro o catástrofe dependerá en gran manera de su entorno.

Evidentemente, no es el mismo caso una gran explosión seguida de un incendio en medio de un desierto, que en medio de un casco urbano en el que sería necesario, además de la extinción, el desalojo de los habitantes, la intervención inmediata de los servicios sanitarios y el colapso de las instalaciones
de gas, teléfonos, iluminación, etc.

Coincidencia de siniestros: Una gran catástrofe suele caracterizarse por la coincidencia en el tiempo de una gran cantidad de pequeños siniestros de diferente tratamiento todos ellos.

Por ejemplo en una riada, mientras se realizan acciones de rescate y salvamento en una zona, en otras habrá que hacer, al mismo tiempo, achiques, suministros de medicinas, comida y agua potable, consolidación de construcciones, búsqueda de cadáveres, recogida de animales muertos, etc.

Tendremos que tener presentes las diferentes fases que se pueden presentan en un siniestro y organizar las acciones concretas a realizar en cada zona y en cada momento, en función de los recursos disponibles.

Fuente: Manual S.E.P.E.I. de Bomberos, Publicaciones de la Diputación de Albacete