Limpieza de la máquina de escribir
No hay nada que desmejore tanto el aspecto de un escrito mecanografiado como el descuido de no conservar los tipos de la máquina perfectamente limpios.
La limpieza debe hacerse diariamente, al comenzar el trabajo; se repetirá durante el día, cada vez que aparezcan las letras ciegas o borrosas.
Correcciones
Para borrar los caracteres estampados indebidamente, se empleará el borrador de goma vulcanizada y un “escudo” protector, operando sobre el papel sin levantarlo para nada del rodillo, hasta borrar por completo las letras, si bien, procurando que no caigan en el mecanismo las partículas de goma o de papel producto de dichas operaciones.
Para hacer correcciones en un trabajo que contenga varias copias al carbón, procédase en la forma que sigue: Córrase hacia los extremos laterales los sujetadores o sean las abrazaderas movibles del rodillo a fin de que las copias queden sueltas.
Bórrese la hoja inmediata al rodillo, e insértese una hoja de papel antes de hacer lo mismo con la hoja siguiente: procédase en la misma forma con las hojas sucesivas hasta borrar el original, y quítese después todos los papeles protectores.
Algunos operadores tienen la costumbre de tachar con una serie de XXX la palabra errada, lo cual no puede admitirse más que cuando se escriba un borrador, pero en ningún otro caso. Tampoco debe tolerarse las correcciones hechas con pluma, ni ningún otro método que consista únicamente en tachas palabras.
Es menos censurable la superposición de una letra sobre otra cuando los rasgos de ambas lo permiten y así por ejemplo, podemos convertir la palabra “cero en coro”, con solo superponer la “o” sobre la “e” y la “n” sobre la “r” respectivamente. El mismo procedimiento puede ser empleado con otras letras, pero no con todas.
Si los errores se advierten después que la página ha sido retirada, colóquese otra vez en la máquina, pero teniendo cuidado que el reglón escrito coincida con la escala de espacios, y que las letras se ajusten exactamente a las divisiones de la escala.
La mejor manera para lograr este resultado es examinar la posición de los caracteres formados por una sola línea vertical, tales como “i”, “I”, “1”. El punto contribuye también un excelente guía ara el ajuste de la línea.
Labor innecesaria
El operador poco diestro interrumpe la manipulación a cada momento por motivos fútiles. El peor defecto de todos es la constante interrupción del trabajo para ver lo que se está escribiendo.
Esta tendencia es más bien de carácter psíquico, y no podrá ser curada en tanto que se fortalezca el carácter, y pueda el operador concentrar toda su atención en lo que está haciendo.
No es necesario estar examinando constantemente el escrito para ver si está libre de errores. Un buen operador “siente” el momento mismo en que ha oprimido una tecla por otra.
Teclas o palancas de cambios
La mayor parte de las máquinas de teclado combinado están provistas de dos registros o teclas de cambio para las impresiones de las mayúsculas y signos auxiliares, la situación de estas teclas indica que la operación de las mismas debe hacerse con los meñiques correspondientes.
La tecla de cambio de la izquierda se usa cuando los caracteres que han de imprimirse quedan al lado derecho del teclado, y la tecla de la derecha cuando los caracteres quedan al lado opuesto.